¿Lavar o no el motor del auto?
¿Es apropiado hacerlo con agua a presión? Esta práctica tiene defensores y detractores. Aquí desbancamos el mito
Pocas disyuntivas son más polémicas en el mundo del motor que esta: lavar o no lavar con agua a presión el motor de su vehículo.
Lo que no se discute es que entre más lo use, más polvo, tierra y suciedad se irá acumulando en el compartimento del motor y llegará el momento en que no tendrá otra alternativa más que limpiarlo. ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? ¿Debe usar manguera y agua a presión? Y si lo hace así, ¿qué precauciones se recomienda tomar? A continuación despejamos estas dudas en una guía práctica
Prevenir es mejor que curar
La mejor costumbre en cuanto a limpieza de motores es evitar que la suciedad se acumule por semanas, meses o, peor aún, años. Aunque requiere autodisciplina y organización, el protocolo más recomendado es levantar el capó cada una o dos semanas como mínimo y lim
piar usted mismo con un trapo húmedo las partes que se han empolvado. Puede realizar esta rutina preventiva cada vez que revise los niveles de lubricante y refrigerante de su automotor, quizás temprano en alguna mañana
de fin de semana.
No descuide las cubiertas metálicas y plásticas
Lamentablemente es tan común y a la vez nada profesional que mecánicos displicentes no restituyan en su puesto correcto las cubiertas que van debajo, a los lados, en pasos de rueda y sobre el motor cuando trabajan en alguna reparación de su auto. Los fabricantes colocan todos esos protectivos con justas razones: aerodinámica, proteger el motor de golpes, suciedad y humedad que fácilmente entrarían al compartimento motriz sin estas cubiertas o si los sujetadores plásticos y tornillos se pierden o se rompen. Asegúrese de que después de cada intervención su mecánico restituya minuciosamente cada cubierta y cada sujetador o tornillo que protege su motor. Es su derecho.
Use líquidos o aerosoles desengrasantes
Si la suciedad del motor no sale fácilmente, algunos productos ED (engine degreasers) suelen ser perfectos para limpiarlo y eliminar los residuos de aceite y muchos son biodegradables. Use guantes y aplíquelos preferiblemente en frío para que el químico no se seque al instante y luego utilice un trapo para aflojar el sucio y quizás un cepillo dental para las manchas más rebeldes, quitando así los desechos junto con el desengrasante. Puede usar un poco de agua para eliminar el desengrasante pero con moderación y extremo cuidado, cubriendo de antemano el alternador, tomas de aire, cableado eléctrico, bujías, computadora y componentes de iluminación. De preferencia no use una manguera porque puede dañar algún componente eléctrico. Y si no está seguro de lo que hará, deje este cometido a su mecánico de confianza o un experto en limpieza automotriz.
Cuidado con lavados a presión y vapor
Pese a que ningún manual de fabricante de automóviles recomienda limpiar el motor con agua a presión o vapor debido al alto riesgo de dañar componentes electromecánicos, siempre hay personas que abogan por esta práctica y establecimientos que ofrecen este servicio. Por supuesto que este método puede dejar un motor reluciente y brillante, como nuevo. Sin embargo, existe el peligro de que su automotor no arranque, el sistema de ignición quede dañado o hasta haya acumulación de humedad en recovecos donde posteriormente habrá corrosión.
Mantenga un régimen de limpieza de motor regular para prevenir daños y en caso de que deba darle invariablemente una exhaustiva y minuciosa lavada, ejerza el máximo cuidado para no dañar ninguno de sus críticos componentes