¡Madre, escucha la voz de tus hijos!
Conmemoración En la eucaristía celebrada ayer en el sitio del milagroso hallazgo de la venerada imagen se elevaron oraciones para poner fin a la violencia, sabiduría para los gobernantes y más fuentes de trabajo
El lugar más bendito del país está al noroeste de Tegucigalpa, la aldea El Piligüín es la zona que Santa María de Suyapa eligió para inspirar fe y devoción con su milagrosa aparición.
Con una población que supera los 2,500 habitantes, la aldea además de ser próspera por la actividad agrícola que desarrolla, fue bendecida con el hallazgo de la imagen de la Virgencita en 1747. Desde esa fecha, el fervor crece cada día y se mantiene vigente e inquebrantable con el paso del tiempo.
El milagro
Hace 273 años, la Morenita se puso en el camino de dos humildes y cansados labradores, desde ese entonces la aldea se convirtió en el epicentro de la fe mariana. Para conmemorar el milagroso encuentro de la Reina de Honduras, cientos de peregrinos viajaron ayer domingo hasta el bendecido lugar.
Con fervor las inmediaciones del centro de adoración, construido en el mismo lugar de la aparición, se colmaron de plegarias para demostrar el agradecimiento a la santa madre por su intercesión en los milagros recibidos.
Asimismo, el pozo que emana agua bendita fue visitado por los creyentes, quienes se abastecieron con el milagroso líquido a través de botellas.
Eucaristía
La tradicional misa solemne fue oficiada por los sacerdotes Federico Arbizú y Bosco Castillo. Con sus palabras se recordó la dicha que produce la diminuta pero milagrosa estatuilla de Suyapita. Además de capitalinos, decenas de feligreses provenientes de las aldeas aledañas se apostaron en el fresco lugar.
Rodeados de la frondosa vegetación, los marianos más devotos escucharon con atención el mensaje de fe propagada por los sacerdotes.
Las ofrendas no se hicieron esperar, además de plegarias y hermosos cantos, arreglos florales y verduras fueron colocados con mucho amor cerca del templo edificado para la madre.
Durante la homilía, los religiosos también exhortaron a los hondureños a creer en la nación y comenzar a esparcir el respeto hacia el prójimo.
A través de las sagradas escrituras se destacó el milagro de la vida y se contrastó con la responsabilidad de ser buenos hondureños, listos y dispuestos a hacer el bien y no el mal y reconstruir el país. Según los devotos, la misa en la víspera del 273 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de Suyapa es una celebración que sirve para unificar a las familias. La aldea donde la Reina del Cielo decidió hacerse catracha seguirá siendo el lugar que recordará siempre que no existe nada imposible y que con fe cualquier milagro es posible