¿Es usted una persona tóxica?
El grado de toxicidad social es inversamente proporcional a su coeficiente de inteligencia emocional
En prácticamente toda oficina o lugar de trabajo hay una o más personas tóxicas, y resulta fácil identificarlas: negativas, narcisistas, necesitadas de atención y desconsideradas.
Pero, ¿qué actitud tomaría si es usted a quien señalan como el tóxico entre sus compañeros? Mientras lee los siguientes aspectos, analice de forma honesta si reconoce en usted algunas de las características que se enmarcan dentro de esta patología social:
-Narcisismo y egocentrismo
Cuando una persona cree, espera y exige que todo y todos giren a su alrededor, su nivel de contaminación emocional afecta a los demás, tal como un vehículo con emisiones descontroladas interfiere y ofende a los conductores en derredor, y es letal para el medio ambiente y la salud pública. Muchos actúan con egoísmo al ser impuntuales, desconsiderados o no comunicar con suficiente tiempo y claridad sobre cam
bios en plazos, citas o circunstancias que también afectan a segundos o terceros.
Si usted se identifica con esas actitudes, deténgase, sea profesional y aprenda a organizarse mejor. Además, evite caer en la egocéntrica necesitad de hacer que toda conversación con sus compañeros de trabajo gire en torno a sus logros, posesiones o usted mismo, aún si usted está pasando por un período difícil (depresión, ansiedad, probleclaridad mas familiares, sentimentales o de salud). Cuando esté en grupo, escuche más y hable menos. Déjele la oportunidad de brillar a otros y solo si los demás dirigen la plática en torno a usted, permítase abordar temas personales. Hable sólo cuando tenga insumos positivos y útiles que aportar a una conversación.
-Actitudes pasivo-agresivas
Este es el mejor y más clásico ejemplo de una personalidad tóxica. Ignorar o aislar a otros como “castigo” por no haber cedido a su solicitud (justificada o no), desequilibrar la homeostasis de la oficina porque se siente amenazado por las capacidades y habilidades de un compañero o contestar con respuestas sarcásticas o venenosas para airear una frustración de forma asolapada son señales inequívocas y alarmantes de pasivo-agresividad. Algunos incluso abrigan rencores pasivamente para después soltarlos de forma agresiva al tener la oportunidad que creen idónea o se la pasan haciendo comentarios indirectos por no tener el valor de abordar los temas de frente. Ponga los pies en la tierra y enfrente la realidad. Sea asertivo: comuníquese siempre con suficientes detalles, seguridad, y anticipación. Desarrolle la empatía para imaginarse en los zapatos de la otra persona y así encontrar la mejor manera de hacerse entender de forma precisa, evitando malos entendidos o conflictos innecesarios. No se permita ser el causante de las nubes negras dentro de la oficina.
-Actitudes de envidia y celos
En el corazón de los celos y la envidia yace con total garantía una debilidad: inseguridad personal. Y no solo quien tiene menos habilidad o capacidad puede sufrir de este tóxico mal y envidiar a otros. Un colaborador en una posición de alta responsabilidad puede sentirse amenazado por la capacidad de un nuevo compañero emergente de quien todos hablan maravillas. ¿Cuál es el remedio? Deje de compararse con los demás, sean encima o debajo suyo en la escala laboral. Imite las buenas cualidades de otros, pero no coteje su capacidad y desempeño con el de sus compañeros. Mantenga sus metas internas y personales, sin airearlas públicamente a cada momento. Enfóquese en su desempeño personal y en cumplir de forma cabal sus responsabilidades seglares. Obsesionarse sobre los logros, avances o pri- vilegios de otros sólo le distraerá de su propia carrera y metas.
En lugar de envidiar a quienes descollan o reciben halagos y premios, genuinamente reconozca su éxito y véalo como un logro que colectivamente ayuda a la compañía a lograr objetivos. Resuélvase usted también
CONTRAPRODUCENTE
Libere su mente de toda toxicidad mediante atender bien su salud, alimentarse apropiadamente, hacer ejercicio, dormir lo suficiente, tomarse tiempo para meditar, tener contacto con la naturaleza y crecer intelectual y académicamente.
a trabajar más duro, redirigiendo cualquier actitud fuertemente tóxica en un poderoso combustible y motivación para superarse a usted mismo y dar lo mejor que pueda. Cultívese y supérese a todo momento. Venza a su peor enemigo: usted mismo, y fortalezca a su mejor amigo: usted mismo