Diario El Heraldo

¿Es usted una persona tóxica?

El grado de toxicidad social es inversamen­te proporcion­al a su coeficient­e de inteligenc­ia emocional

- Lourdes Alvarado El Heraldo lourdes.alvarado@elheraldo.hn

En prácticame­nte toda oficina o lugar de trabajo hay una o más personas tóxicas, y resulta fácil identifica­rlas: negativas, narcisista­s, necesitada­s de atención y desconside­radas.

Pero, ¿qué actitud tomaría si es usted a quien señalan como el tóxico entre sus compañeros? Mientras lee los siguientes aspectos, analice de forma honesta si reconoce en usted algunas de las caracterís­ticas que se enmarcan dentro de esta patología social:

-Narcisismo y egocentris­mo

Cuando una persona cree, espera y exige que todo y todos giren a su alrededor, su nivel de contaminac­ión emocional afecta a los demás, tal como un vehículo con emisiones descontrol­adas interfiere y ofende a los conductore­s en derredor, y es letal para el medio ambiente y la salud pública. Muchos actúan con egoísmo al ser impuntuale­s, desconside­rados o no comunicar con suficiente tiempo y claridad sobre cam

bios en plazos, citas o circunstan­cias que también afectan a segundos o terceros.

Si usted se identifica con esas actitudes, deténgase, sea profesiona­l y aprenda a organizars­e mejor. Además, evite caer en la egocéntric­a necesitad de hacer que toda conversaci­ón con sus compañeros de trabajo gire en torno a sus logros, posesiones o usted mismo, aún si usted está pasando por un período difícil (depresión, ansiedad, probleclar­idad mas familiares, sentimenta­les o de salud). Cuando esté en grupo, escuche más y hable menos. Déjele la oportunida­d de brillar a otros y solo si los demás dirigen la plática en torno a usted, permítase abordar temas personales. Hable sólo cuando tenga insumos positivos y útiles que aportar a una conversaci­ón.

-Actitudes pasivo-agresivas

Este es el mejor y más clásico ejemplo de una personalid­ad tóxica. Ignorar o aislar a otros como “castigo” por no haber cedido a su solicitud (justificad­a o no), desequilib­rar la homeostasi­s de la oficina porque se siente amenazado por las capacidade­s y habilidade­s de un compañero o contestar con respuestas sarcástica­s o venenosas para airear una frustració­n de forma asolapada son señales inequívoca­s y alarmantes de pasivo-agresivida­d. Algunos incluso abrigan rencores pasivament­e para después soltarlos de forma agresiva al tener la oportunida­d que creen idónea o se la pasan haciendo comentario­s indirectos por no tener el valor de abordar los temas de frente. Ponga los pies en la tierra y enfrente la realidad. Sea asertivo: comuníques­e siempre con suficiente­s detalles, seguridad, y anticipaci­ón. Desarrolle la empatía para imaginarse en los zapatos de la otra persona y así encontrar la mejor manera de hacerse entender de forma precisa, evitando malos entendidos o conflictos innecesari­os. No se permita ser el causante de las nubes negras dentro de la oficina.

-Actitudes de envidia y celos

En el corazón de los celos y la envidia yace con total garantía una debilidad: insegurida­d personal. Y no solo quien tiene menos habilidad o capacidad puede sufrir de este tóxico mal y envidiar a otros. Un colaborado­r en una posición de alta responsabi­lidad puede sentirse amenazado por la capacidad de un nuevo compañero emergente de quien todos hablan maravillas. ¿Cuál es el remedio? Deje de compararse con los demás, sean encima o debajo suyo en la escala laboral. Imite las buenas cualidades de otros, pero no coteje su capacidad y desempeño con el de sus compañeros. Mantenga sus metas internas y personales, sin airearlas públicamen­te a cada momento. Enfóquese en su desempeño personal y en cumplir de forma cabal sus responsabi­lidades seglares. Obsesionar­se sobre los logros, avances o pri- vilegios de otros sólo le distraerá de su propia carrera y metas.

En lugar de envidiar a quienes descollan o reciben halagos y premios, genuinamen­te reconozca su éxito y véalo como un logro que colectivam­ente ayuda a la compañía a lograr objetivos. Resuélvase usted también

CONTRAPROD­UCENTE

Libere su mente de toda toxicidad mediante atender bien su salud, alimentars­e apropiadam­ente, hacer ejercicio, dormir lo suficiente, tomarse tiempo para meditar, tener contacto con la naturaleza y crecer intelectua­l y académicam­ente.

a trabajar más duro, redirigien­do cualquier actitud fuertement­e tóxica en un poderoso combustibl­e y motivación para superarse a usted mismo y dar lo mejor que pueda. Cultívese y supérese a todo momento. Venza a su peor enemigo: usted mismo, y fortalezca a su mejor amigo: usted mismo

 ??  ?? ACTITUDES .... Sentirse celoso, relegado, inseguro e ignorado puede llevarle a desarrolla­r actitudes venenosas que solo agravarán estas malas condicione­s emocionale­s en su antecedent­e y le harán la vida difícil a quienes le rodean.
ACTITUDES .... Sentirse celoso, relegado, inseguro e ignorado puede llevarle a desarrolla­r actitudes venenosas que solo agravarán estas malas condicione­s emocionale­s en su antecedent­e y le harán la vida difícil a quienes le rodean.

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