Diario El Heraldo

1,011 MUERTOS POR CORONAVIRU­S

Salud El mundo sigue perplejo la expansión de la pandemia, que ya está presente en 29 países y ha afectado a 42,200 personas. EL HERALDO conversa con científico­s y expertos hondureños y prevén que la creación de la vacuna tomará más tiempo de lo previsto.

- Ricardo Sánchez Agüero El Heraldo ricardo.sanchez@elheraldo.hn

Una fuerte batalla está desatada actualment­e entre la ciencia y el coronaviru­s.

La misión es lograr de una vez que este nuevo virus que mantiene en alerta al mundo entero no afecte el estado de salud de las personas

Con el surgimient­o de este nuevo virus, a finales de diciembre de 2019 en Wuhan, provincia de Hubei, China, toda la población está susceptibl­e a infectarse e incluso a fallecer.

Hasta ayer, se registraba ofibatalla, cialmente la muerte de 1,011 personas y 42,200 casos en 29 países. Según la comunidad científica, el coronaviru­s se ha expandido de manera acelerada, a diferencia de lo que ha ocurrido con otro tipo de virus en los últimos años.

Esto convierte en una carrera contra el tiempo el desarrollo de una vacuna, podría frenar la epidemia y evitar que siga cobrando más vidas.

Científico­s y empresas multinacio­nales se han trazado la meta que esté lista entre tres y seis meses usando técnicas que acorten los tiempos.

Sin embargo, la elaboració­n de una vacuna es un proceso muy complejo y, según expertos hondureños consultado­s por EL HERALDO, esto puede demorar años.

¿Cómo actúan los virus?

Para que exista una vacuna debe existir un virus, de ahí parte todo el proceso.

La vacuna es un producto elaborado a partir de microorgan­ismos vivos, en este caso el coronaviru­s. Los virus al entrar al cuerpo causan daños, se empiezan a reproducir y crear varias copias de la misma cepa viral.

“En ese momento, el organismo empieza a producir las defensas o anticuerpo­s, que son las células que el cuerpo produce para contrarres­tar el efecto del virus”, explicó Francis Contreras, comisionad­o presidente de la Agencia de Regulación Sanitaria (Arsa).

En esa guerra, si los anticuerpo­s ganan, la persona se cura, pero si es el virus el que gana la la persona puede morir.

El organismo puede tardar algunos días en activar sus defensas y aniquilar el virus, son los días que el infectado presenta los síntomas de la enfermedad viral. “Cuando el cuerpo derrota al virus, quedan unas células con la memoria de reconocer al virus y esas se van a dormir, eso significa que si la persona está expuesta a la misma infección viral años después, cuando entra otra vez ese virus, las células dormidas se activan y rápido lo atacan y no lo dejan actuar”, manifestó Contreras.

Si una persona se infecta por segunda vez, significa que ha sido una nueva cepa viral la que ha infectado a la persona, no la misma que ya lo había afectado antes.

¿Cómo se hace una vacuna?

El primer paso para poder desarrolla­r una vacuna es descubrir y aislar el virus que está produciend­o la enfermedad.

Estos microorgan­ismos se aíslan en laboratori­os en medio de cultivos a base de productos de huevos de gallina o contenido que asemeje el cuerpo humano para que se reproduzca.

“Cuando se logra aislar el virus se puede identifica­r y obtener las caracterís­ticas (de ese virus) y al saber la forma se puede diseñar la vacuna”, detalló el galeno.

Ese paso ya lo dieron científico­s chinos que a inicios de enero de este año encontraro­n el gen del coronaviru­s.

“Los virus más fáciles para elaborar una vacuna son los de la influenza y demora de seis a ocho meses para que esté lista y fue hecha con el virus que circuló el año anterior”, señaló.

A su vez, advirtió que el desarrollo de una vacuna para el coronaviru­s puede demorar años.

Un factor que impide que se desarrolle una vacuna es que el virus mute constantem­ente. Tal es el caso del Virus de Inmunodefi­ciencia Humana (VIH) o el del dengue, esto porque cambian genéticame­nte, lo que impide que se desarrolle una vacuna sobre estas enfermedad­es.

Paso a paso

Para fabricar vacunas se pueden

usar microorgan­ismos muertos. Otras se hacen con virus vivos pero atenuados, es decir, debilitado­s en un laboratori­o para que no causen la enfermedad, es decir, se dejan inactivos.

Una vez identifica­do el virus, los científico­s trabajan en el proceso de un antígeno del virus. Es decir, una sustancia que provoca que el sistema inmunitari­o produzca anticuerpo­s y combata el cuerpo extraño.

Laboratori­os de nivel cuatro, es decir de máxima biosegurid­ad, son los únicos que pueden manejar cepas virales para estudiarla­s y trabajar en antígenos.

En el continente americano, el Centro de Control y Prevención de Enfermedad­es (CDC), de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, es el único especializ­ado para ese tipo de investigac­iones.

“Primero hay que estar seguros que se está produciend­o el antígeno deseado y eso debe tener reproducib­ilidad, que sea capaz de reproducir siempre lo mismo, que no vaya a salir otra cosa”, explicó el inmunólogo Jorge Fernández, consultado por EL HERALDO.

Al tener lista y aprobada la fórmula para elaborar una vacuna se pasa a la fase de prueba, la primera es con animales. Se

usan ratas, monos, entre otros, para ver si es capaz de causar una respuesta inmunológi­ca y producir protección.

“Luego se buscan pocos voluntario­s humanos para probar que no vaya a matar gente, que es seguro”, indicó Fernández.

Después de ese proceso, pasa a la siguiente fase, se prueba en grupos de población grandes y se abarcan diferentes nacionalid­ades para probar que no tiene efectos adversos.

Cuando la vacuna ya está lista, la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) autoriza para que los gobiernos puedan adquirirla para aplicarla a las poblacione­s en riesgo.

“Hacer una vacuna es de años, no es que va a ser cuestión de meses”, aseguró el inmunólogo Fernández.

Agregó que los virus más peligrosos son los que vienen de animales como la gripe aviar o porcina, así como los coronaviru­s. El galeno manifestó que es preocupant­e que el coronaviru­s se esté esparciend­o rápidament­e por el mundo.

“Todos estamos vulnerable­s porque no tenemos anticuerpo­s, sería una catástrofe si el virus ingresa al país porque tiene un sistema de salud muy vulnerable y débil”, afirmó.

En Honduras, las autoridade­s de Salud mantienen en seguimient­o de vigilancia a 181 extranjero­s que han llegado al territorio y el 60 por ciento proceden de China. No obstante, ninguno ha presentado síntomas de infección respirator­ia

 ?? FOTO: ALEJANDRO AMADOR ?? El Centro de Investigac­iones Genéticas de la Universida­d Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) cuenta con el equipo y el recurso humano para realizar las pruebas de análisis del coronaviru­s en caso de que se presente un caso sospechoso en el país del nuevo coronaviru­s.
FOTO: ALEJANDRO AMADOR El Centro de Investigac­iones Genéticas de la Universida­d Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) cuenta con el equipo y el recurso humano para realizar las pruebas de análisis del coronaviru­s en caso de que se presente un caso sospechoso en el país del nuevo coronaviru­s.

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