Rechazo social

Hay que parar con el rechazo social hacia las personas que sufren de Covid-19 y quienes han sido víctimas. El país requiere de una campaña masiva de educación en la que se le explique a la población que es tiempo de ser solidarios con quienes desgraciadamente se han contagiado con el virus y principalmente con el personal de salud que está en la primera línea de la lucha contra la enfermedad.

Como ya lo planteamos en otro editorial esta misma semana, estos comportamientos son inapropiados y deben frenarse de inmediato.

Estamos viviendo tiempos en los que deben aflorar la solidaridad con el prójimo, la filantropía, la tolerancia, la empatía y el respeto al dolor ajeno, entre otros.

Es tiempo ya de desechar el sálvese quien pueda y no olvidar que todos, sin importad edad, sexo, raza o condición social, estamos expuestos a ser afectados por esta enfermedad.

El cambio de actitud debe ser de todos y todas, incluido el personal de salud que debe desechar acciones como la ocurrida esta semana en el occidente de Honduras donde, según denuncia de familiares, ordenaron el terraje de una mujer que supuestamente falleció por Covid-19 en una fosa común, sin su consentimiento.

Hay que entender y hacer entender a la población que los cadáveres no son fuentes de contaminación y propagación del virus, pues cuando salen de las morgues ya han sido aplicados todos los protocolos establecidos para estos casos por las autoridades sanitarias, no solo en Honduras sino que en el mundo entero.

También insistir, no está de más, que la responsabilidad de que el virus no siga su carrera ascendente en Honduras está en las manos de cada persona, cumpliendo a cabalidad las recomendaciones de bioseguridad personal que se vienen haciendo desde que se detectó el primer caso de la mortal enfermedad en China.

Lavarse las manos, usar mascarilla y el distanciamiento social son tres de esas medidas, sin olvidar la de quedarse en casa durante dure la cuarentena