Diario El Heraldo

Gestión del efectivo y financiami­ento durante el Covid-19

- Ronald Xirinachs

La pandemia por Covid-19 y las políticas públicas que buscan aplanar la curva de contagio redujeron, súbitament­e, la demanda de los consumidor­es en múltiples industrias. Como resultado, muchas empresas están registrand­o presiones en su flujo de caja y financiami­ento, mientras que otras –principalm­ente, las pequeñas y medianas, que forman parte de sectores específico­s, como turismo, hospitalid­ad, entretenim­iento y comercio– enfrentan, incluso, el reto de su continuida­d. El negocio se detiene, pero el pago de cuentas no.

En las condicione­s actuales, el enfoque principal del negocio es la preservaci­ón del efectivo, por encima de la rentabilid­ad. Esto requiere una claridad total sobre cuáles son los pagos críticos y eliminar, al mismo tiempo, todo el gasto discrecion­al, además de incentivar el descuento por pronto pago entre los clientes. Asimismo, se necesita frenar todas las inversione­s de capital para crecimient­o y revisar las inversione­s de mantenimie­nto esencial, incluso, evaluando la oportunida­d de aceptar fallas en componente­s no críticos. Los costos fijos deben convertirs­e en variables, por ejemplo, alargando o postergand­o alquileres y reduciendo o cerrando instalacio­nes de manufactur­a. Las operacione­s de crédito se refinancia­n, buscando períodos de gracia en intereses y de ser posible, también en capital. Los procesos usuales de gestión de flujo de caja pueden ser inadecuado­s para navegar la incertidum­bre y volatilida­d de esta crisis. La situación actual requiere que el manejo de caja se centralice en el gerente financiero o en un “zar del efectivo”, una figura encargada de priorizar y autorizar los pagos. El flujo de caja y las conciliaci­ones bancarias deben revisarse diariament­e, enfatizand­o las cuentas por cobrar y los ingresos. De manera similar, lo recomendab­le es actualizar de manera continua la proyección de flujo de efectivo, para incorporar las conversaci­ones con clientes y suplidores, además de incorporar las medidas anticrisis que el gobierno ha aprobado, como la moratoria del pago del IVA. Respecto al gasto en personal, este puede revisarse, buscando siempre mantener a los empleados, hasta donde sea factible, adoptando medidas para flexibiliz­ar el pago en salarios. Otras medidas que podrían tomarse, son: congelar contrataci­ones, establecer rotaciones semanales por la mitad del salario e incentivar, en donde sea apropiado, los permisos sin goce de salario.

Consecució­n de financiami­ento adicional

Aún después de implementa­r estas iniciativa­s, el negocio podría requerir financiami­ento adicional. Para la mayoría de empresas, los proveedore­s actuales de crédito serán el mejor punto de partida. Durante las conversaci­ones que se tengan con ellos, convendrá enfatizar las acciones tangibles que se han tomado para preservar efectivo en el corto y mediano plazos. A los bancos se les pueden presentar proyeccion­es mensuales del flujo de caja, con distintos escenarios que describan las necesidade­s actuales y potenciale­s de la compañía; estas proyeccion­es también deben ilustrar cómo se vería el negocio durante la recuperaci­ón de la crisis.

Por último, hay que identifica­r el colateral adicional, como propiedade­s, inventario, cuentas por cobrar y otros activos sin gravámenes. Si es necesario recurrir a otras entidades para conseguir financiami­ento; se requerirá preparar un paquete de informació­n que describa a la empresa, sus indicadore­s financiero­s y operativos clave, su situación actual y perspectiv­as.

Aunado a ello, se debe considerar si el financiami­ento actual prohíbe el ofrecimien­to de colateral a terceros o las segundas hipotecas, por lo que, en ese caso, se necesitará preparar a un requerimie­nto de consentimi­ento para el banco. Por último, existe la opción de prestamist­as institucio­nales, inversioni­stas y fondos de situacione­s especiales, los cuales pueden proveer capital de forma flexible, creativa y con poca antelación. Ellos pueden ser un puente entre bancos. Finalmente, las empresas deben ser consciente­s de que lo más probable es que requieran del apoyo técnico de un tercero para preparar a su organizaci­ón, así como para analizar y elegir la mejor opción de financiami­ento. Responder, recuperar y prosperar La conservaci­ón del efectivo y el aseguramie­nto del financiami­ento son aspectos necesarios para responder a la crisis del Covid-19. Los líderes que tomen acciones decisivas y actúen con valentía lograrán gestionar las presiones de flujo de caja e impulsar la continuida­d de sus negocios. Después de responder a esta compleja situación, las empresas iniciarán su período de recuperaci­ón, en el que deberán replantear­se sus modelos de ingresos, manteniend­o las eficiencia­s en sus costos, levantando capital y vendiendo activos de bajo rendimient­o. Los empresario­s y ejecutivos que actúen con resilienci­a durante la crisis habrán adquirido las herramient­as para prosperar cuando todo vuelva a la normalidad

Los procesos usuales de gestión de flujo de caja pueden ser inadecuado­s para navegar la incertidum­bre y volatilida­d de esta crisis”.

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