La pandemia del desempleo
Lasconsecuenciasdelcovid-19enhonduras están siendo devastadoras no solo en el campo sanitario, sino también en el económico. Además del alto número de contagiados y muertos por la enfermedad, más de 120,000 trabajadores han sido, en tan solo cinco semanas, suspendidos o despedidos de sus trabajos. Según un reporte de la Secretaría de Trabajo, en lo que va de la crisis, más de 276 empresas de todo el país se han acogido al decreto de emergencia 33-2020 que contiene la Ley de Auxilio del Sector Productivo y a los Trabajadores ante los Efectos de la Pandemia Provocada por el Covid-19. Del total de suspendidos, 105,000 están recibiendo los beneficios de la ley, es decir, un aporte de 6,000 lempiras mensuales, pero los dirigentes obreros estiman que la pandemia ha golpeado hasta ahora directamente a unos 200,000 trabajadores, de los cuales 50,000 han sido despedidos de sus trabajos.
La situación es grave y demanda que el gobierno, con todos los sectores de la sociedad y sin apasionamientos políticos de ningún tipo, elabore un plan poscrisis en el cual se identifiquen los mecanismos de ayuda para quienes han perdido sus trabajos, pero también para los jardineros, las empleadas domésticas, las costureras, las tortilleras, las chicleras, los vendedores de frutas y achinería, y todos aquellos que trabajan por cuenta propia para llevar el sustento diario a sus familias y a muchos de los cuales ya se les ve en las calles, con carteles en mano, pidiendo ayudas para el sustento de sus hogares.
Los analistas advierten que la crisis humanitaria se agravará si no hay un buen manejo de la parte económica y que el desastre del sustento será más grave, y si no se actúa con diligencia, seguro que la frase premonitoria que tanto ha usado el presidente de la República en muchas de sus apariciones públicas, “lo peor está por venir”, se hará realidad más temprano que tarde, y no solo porque el sistema sanitario se verá rebasado de pacientes, sino por su efecto en la economía de miles de hondureños que están desde ya a un paso de pasar a formar parte del ejército de la pobreza que flagela a más del 60% de la población