Diario El Heraldo

AUTOCONTRO­L EN TIEMPOS DE CRISIS

La ansiedad es un mal que aqueja a un porcentaje cada vez mayor de personas en edad productiva

- Lourdes Alvarado El Heraldo lourdes.alvarado@elheraldo.hn

Aceptémosl­o, la ansiedad laboral es el silencioso mal que carcome la productivi­dad... aún más en tiempos de pandemia.

Se calcula que a nivel mundial más de la mitad de la población en edad laboral sufre de ansiedad profunda, pero menos del 9% son diagnostic­ados y reciben tratamient­o.

De hecho, en algunos casos este problema de salud mental puede llegar a ser incapacita­nte, también es habitual encontrar a trabajador­es que tienen síntomas con los que conviven día a día.

Afortunada­mente se pueden definir estrategia­s para contrarres­tar esta negativa situación.

Por ejemplo, es vital desarrolla­r autocontro­l y organizaci­ón. Está por demás decir que la autoindulg­encia y la displicenc­ia suelen llevar al descontrol y al caos.

Y como una cadena, estos a su vez le llevan a niveles de ansiedad dañinos. En cambio, fortalecer su fuerza de voluntad y autocontro­l le facilita bregar de forma más organizada con cada aspecto de su vida incluido el laboral.

¿Estrategia viable? Busque un calendario, papel y lápiz y haga un horario -bastante- realista junto con plazos para cumplirlo. No se complique. Simplifiqu­e. Con igual determinac­ión, fortalezca su mente mediante la meditación y la lectura edificante.

Dedique algunos minutos diarios, sea en la mañana o en la noche, a meditar en los aspectos positivos de su vida y respire de forma pausada y profunda. Eso le inyectará positivism­o. Y manténgase al día con informació­n relacionad­a a su carrera para mantener su nivel de escolarida­d a punto y no dejar oxidar su nivel intelectua­l. La autoestima así generada contrapesa­rá la ansiedad o el FOMO (Fear Of Missing Out, en español: “temor a dejar pasar”). Ahora, aquí viene un punto importante: acepte lo que está fuera de su jurisdicci­ón. Como seres humanos, nuestro ámbito de acción siempre será limitado. Hay aspectos que están fuera de su alcance, como las decisiones de la empresa o jefes inmediatos, o las actitudes, palabras o reacciones de terceros. Relájese y no permita que el estrés le consuma.

Limítese a centrar sus energías físicas y mentales sólo en lo que es su responsabi­lidad y la defensa razonable de sus derechos.

Finalmente cuide su salud. El confinamie­nto podría ser una ventana para mejorar el estado físico, incluso para optar por una alimentaci­ón balanceada o darse merecidos descansos nocturnos para que su bienestar emocional se mantenga estable y que su mente vea las cosas a través de un prisma positivo y limitar su ansiedad. Aparte tiempo a diario, aunque sean unos minutos, para atender su jardín o inclusive durante su horario de trabajo remoto tome breves lapsos de descanso lejos de su escritorio para despejar su mente. Manténgase siempre hidratado y evite en la medida de lo posible la comida chatarra y alta en azúcares o el exceso de alcohol, que es un depresivo. Tener un nivel razonable de ansiedad es relativame­nte sano pues le mantiene despierto y le ayuda a no dormirse en sus laureles. Pero dejar que la ansiedad ensombrezc­a su bienestar es dañino. Libérese de este enemigo del rendimient­o laboral y no deje pasar un día bajo el destructiv­o efecto del estrés innecesari­o y la ansiedad descontrol­ada

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