Soluciones “haters and lovers”
Si alguien con sentido lúdico o pretencioso quisiera hacer un libro llamado solucionario, en las redes sociales tendría una fuente inagotable. Ya no hablo aquí de que desde las redes sociales no se solucionan los problemas, hablo de que lo que en ellas se propone o no es posible o no es realizable o es incorrecto.
Cuando mi rostro está iluminado, mis gafas reflejan imágenes al por mayor y mis índices simplemente se mueven hacia arriba para bajar la pantalla que parece no tener fin. Solo observo el mundo, mientras él me observa. Me detengo una que otra vez y me digo “vaya novedad, aquí hay otra solución” y me pregunto por qué si todos son tan listos, tan nobles e inteligentes vivimos en el mundo que vivimos. Estamos confundiendo la idea de pensar con leer lo que piensan otros y la de producir pensamientos con compartir lo que piensan los demás. No descarto que las frases o artículos, por ejemplo, de algunos filósofos, sociólogos, científicos y escritores despierten en las personas algún grado de conciencia, pero definitivamente no es una producción personal.
Este panorama de no generación de pensamiento y solo reproducción va in crescendo porque obtenemos gracias a ello una serie de gratificaciones: reacciones, comentarios, nos comparten, nos apoyan. Hasta los que no están de acuerdo con nosotros nos alimentan el ego, porque en nuestras cabezas hemos ganado todos los debates.
Las generaciones Y y Z se pueden dividir en “haters” y “lovers”, es posiblemente una de sus marcas fundamentales. No importa qué tan buena sea una persona, siempre tendrá “haters” y no importa que tan nociva sea, siempre tendrá “lovers”. La reconocida cadena de noticias CNN, por ejemplo, tuvo que soportar una enorme ola de críticas por incluir a la joven
Este panorama de no generación de pensamiento y solo reproducción va in crescendo porque obtenemos gracias a ello una serie de gratificaciones: reacciones, comentarios, nos comparten, nos apoyan”.
activista Greta Thunberg en un panel de expertos sobre el Covid-19. Parece que el mundo no está preparado para oír a una menor de edad hablar de temas importantes y quedar mejor parada que aquellos a quienes calificamos de expertos. El ataque llegó, por supuesto, de los “haters”. El conclusión, en un terreno que ama por amar y que odia por odiar, no puede ni debe tener soluciones, tampoco llevar las riendas del pensamiento del mundo.
El tema de fondo no son el estado de las redes sociales, ellas pueden seguir siendo así sempiternamente, siempre que no se las vea como contenedoras o productoras del conocimiento del mundo, claro está. Sería una locura negar toda su capacidad y las oportunidades que da. Lo problemático aparece cuando los grupos sociales comienzan a creer ciegamente en lo que ven y leen, y consiguen argumentos para lo que quieren creer. Hasta es posible comenzar a creer que el mundo es como en las redes sociales nos lo plantean: no se enteran de que es el mundo editado lo que están viendo. Nadie pondría las escenas malas de su película en la entrega final. El día del estreno solamente se ve lo mejor.
Las redes sociales son un parquecito, una salita de debate escolar donde se plantean todo tipo de ideas, muchas con un gran olfato y sentido común, pero nunca (y es necesario decirlo) un espacio de producción de conocimiento riguroso, serio y estable. Es demasiado abierto y aunque el conocimiento no es elitista y debería ser accesible a todos, no todos están dispuestos a seguir su rigurosidad que requiere la producción de ideas, solo quieren amar y odiar