Ojo con el dengue
El dengue fue en 2019 uno de los principales flagelos de la salud de las y los hondureños, y este año parece que vamos por el mismo camino. Las autoridades sanitarias reportan un crecimiento alarmante de los casos de la enfermedad a nivel nacional.
Entre el 1 de enero y el 19 de mayo, según las fuentes oficiales, sumaban 12,240 casos, es decir 1,628 más de los que se registraban en el mismo período del año pasado.
El número de muertes era de nueve, aunque la cifra podría subir a 19 si resultan positivas las pruebas de laboratorio de 10 personas más que murieron por sospechas de la enfermedad, incluyendo a dos niñas que fallecieron entre el domingo y el lunes anterior en el Hospital Materno Infantil de Tegucigalpa.
La incidencia de la enfermedad podría ser mayor en los meses de invierno, ya que de todos es sabido que la llegada de las lluvias favorece la reproducción del zancudo Aedes aegypti, transmisor del virus del dengue.
La situación se torna más grave, ya que este año la población se enfrenta a una nueva y desconocida lucha contra el virus del Covid-19, que ya causa estragos, lo que obliga a las autoridades sanitarias a redoblar esfuerzos para atender las dos pandemias.
El Ministerio de Salud no debe darse el lujo de dejar de lado las campañas de limpieza y eliminación de criaderos, y mucho menos las campañas de educación y prevención.
No se vería mal que en una nueva estrategia que seguro están elaborando en este nuevo escenario, los mensajes contra el dengue se incluyan en las campañas para frenar el contagio del Covid-19. Se trata de salvar la vida de las y los hondureños y en especial de los que menos tienen.
Los ciudadanos, que también hemos tenido nuestra cuota de responsabilidad en la expansión de la epidemia, tenemos que hacer lo propio, y no dejar de observar las recomendaciones de prevención y eliminación del zancudo transmisor de nuestros hogares y entornos. No olvidar que si no hay zancudos, no hay dengue