Político 2020 y el Covid-19
Entre los hombres públicos que se distinguen por la rectitud de su carácter, honradez, su magnanimidad, su energía, su valor intrépido, debemos observar con detenimiento a los políticos. Muchos son togados, médicos, ingenieros, periodistas, economistas, sociólogos, pedagogos, graduados en nuestra alma máter, creados en hogares honrados con las más claras virtudes, en sus viviendas tenían fe en los hombres, “manifiestan constituciones interiores esculpidas en materia de respeto al prójimo y un afán equitativo, amantes de la tranquilidad.
No le hacen caso a las intrigadas maniobras de la politiquería de palacio. Por borrascosa que parezca la vida en los terrenos de la política hondureña, resplandecerán siempre sus virtudes, rayando a veces su desinterés propio exagerado”. Es cierto, ningún país del mundo estaba preparado para atender los casos de personas contagiadas por el coronavirus; sin embargo, hasta esta fecha resulta inconcebible que el Gobierno de Honduras esté demostrando debilidad y impotencia en los procesos de adquisición y distribución de los insumos médicos y material de bioseguridad, mismo que se le debería proporcionar tanto a los pacientes que resultan positivo como al personal médico.
El 22 de febrero de 2020 fue la primera aprobación millonaria de fondos por más de L 110,000,000.00; caso contrario, el primer caso confirmado se presentó hasta el 11 de marzo; siendo esto, un plan anticipado para obligar las compras de emergencia y saltarse todos los principios de transparencia regulados en la ley. Estos señores del gobierno usan sabiamente la demagogia. Entiendo que la honestidad es un valor o cualidad propia de los seres humanos, relacionado con los principios de verdad y justicia y con la integridad moral. Por último, llamamos íntegro al sujeto que persigue fines buenos. Por un lado, ha puesto a prueba su rectitud, ha comprobado que su motivación se dirige al bien, ¿qué buscan nuestros políticos en esta crisis?