La música como fuga del estrés colectivo
Todo mundo está abrumado por la avalancha de información y desinformación que recibe cada minuto sobre el coronavirus, no se habla de otra cosa. La ansiedad y el pánico imponen su dominio y generan otras patologías, que podrían ser peores que la misma pandemia, incluido el uso excesivo de geles en las manos, el abuso de mascarillas y el miedo irreprimible de contagiarse.
Encerrados en casa, el escape de la histeria es difícil; tal vez con la tele, pero solo un rato, porque angustian tantas películas y series de crímenes, narcos, asesinatos, terror y desesperanza. Lo ideal serían los libros, pero en Honduras no existe el hábito ni aparecerá mágico por el confinamiento. Entonces, queda algo económico y, según la ciencia, muy saludable: la música.
Hace pocos años, tronaban hasta las aceras los equipos de sonido de las casas; las radios musicales, discos de vinilo y casetes escandalizaban todo. La tele en la mañana era una rareza, no había canales temáticos de telenovelas y fútbol, no existía internet ni los enajenantes celulares, había más música y -tal vez coincidencia- menos criminalidad, ¿éramos más felices?
Los científicos descubrieron que la música incide en la química del cerebro, libera dopamina, esa sustancia que funciona como neurotransmisor y está relacionado con el placer, la felicidad; y un poco más, también ayuda a estimular el aprendizaje, mejora la atención y el buen humor. Por eso sentimos que se mueve algo dentro cuando suena un violín, un piano, una guitarra, una voz.
Entre tantas anécdotas de cuarentena sin fronteras, conmueve Hermann Schreiber, un alemán residente en Vigo, España, que sufre alzhéimer; su enfermera lo convenció de que los aplausos en los edificios, que la gente dedica al personal sanitario, eran para él, por tocar
Hay que conocer el coronavirus, su prevención y recomendaciones, pero sin obsesiones noticiosas, falsas vacunas, remedios inútiles y tener música como escape”.
la armónica, así que cada tarde asoma al balcón con su dulzaina y brinda un recital que practica todo el día.
La música ayuda con las complicaciones neurológicas como alzhéimer, párkinson, autismo y el síndrome de Tourette; pero menos complejo, también tiene efectos curativos al bajar la ansiedad, aumentar el optimismo, reducir el dolor y regular el estrés.
Desde luego, no toda la música nos alegra, alguna se sale de la definición y molesta por su contenido o volumen, por lo dicho, impacta directo en nuestro estado de ánimo, incluso algunos tiranos la han usado como tortura. Pero casi todos disfrutamos el pop, balada, rock, jazz, reggae, clásica, salsa, merengue, lo que sea que nos haga tararear o tamborilear con los dedos.
Hay que conocer el coronavirus, su prevención y recomendaciones, pero sin obsesiones noticiosas, falsas vacunas, remedios inútiles, y tener música como escape, así que mejor desempolve los cedés, la memoria USB y utilice la internet para musicalizar su vida, las pulsaciones del corazón, seguro que estará menos angustiado y fortalecerá su sistema inmunológico