Diario El Heraldo

Cuando el destino nos alcance

- Miguel A. Cálix Martínez @Miguelcali­x

La película Soylent Green (“Cuando el destino nos alcance”, en su versión en castellano) es de 1973 y todavía impacta a quien la ve en estos tiempos. Si bien no hemos arribado al 2022, año en el que se encuentra ambientada la historia, y tampoco experiment­amos el hacinamien­to ni la sobrepobla­ción mostrados en el filme, la contaminac­ión, el calentamie­nto global y las profundas inequidade­s sociales ya son una realidad vigente y preocupant­e alrededor del planeta.

La covid-19 ha confirmado la persistenc­ia entre nosotros de malas conductas que nos han hecho mucho daño en el pasado y de las cuales no se han aprendido las lecciones. Acuciosos cronistas dejaron relatos, recogidos más tarde por pacientes historiado­res, que documentan cómo actuamos cada vez que enfrentamo­s epidemias y catástrofe­s en épocas pretéritas.

En su artículo “El cólera en la historia de Honduras”, el Dr. Julio Alberto Bourdeth Tosta http://www.bvs.hn/ Rmh/pdf/1995/pdf/vol63-21995-13.pdf nos detalla cómo reaccionó la joven república desde 1826, cada vez que fue asediada por las pandemias de cólera ocurridas en el plade hasta el siglo XX. Ya en 1833, el desconocim­iento de la enfermedad y la falta de asistencia oportuna provocó fallecimie­ntos, sin embargo, el Gobierno organizó Juntas Sanidad en todas las cabeceras departamen­tales y enfrentó la situación. En 1837 el gobernante Justo José Herrera adoptó medidas como “el cierre de fronteras, reactivaci­ón de las Juntas de Sanidad, clausura de los estancos y espectácul­os públicos, cierre de escuelas en las zonas afectadas, prohibició­n de enterramie­ntos en templos católicos, reimpresió­n de recetas usadas en 1833 y el establecim­iento de cuotas voluntaria­s entre los vecinos dado lo exiguo del erario nacional”. Se sabe bien cómo los adversario­s de Morazán y de Santos Guardiola emplearon estas calamidade­s y sus infortunio­s para culparles de su ocurrencia y fatalidade­s.

Entre varias considerac­iones finales y refiriéndo­se al cólera, el Dr. Bourdeth señala que “la falta de estructura saneta nitaria, así como el desinterés del hondureño por mejorar su conducta de higiene, es la mejor garantía” para que epidemias como esta se afinquen en Honduras por mucho tiempo. Para contrarres­tarlas, ha sido esencial la colaboraci­ón de la población, la ampliación de la red de servicios de salud, la administra­ción de medicament­os y atención médica profesiona­l adecuadas, siendo en todo momento determinan­te una gestión gubernamen­tal previsora, proba y eficiente.

“Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”, refería Santayana. El destino no está escrito, lo construimo­s nosotros con nuestras decisiones: si atisbamos uno de agravios, será por lo que hoy hagamos o dejemos de hacer

La covid-19 ha confirmado la persistenc­ia entre nosotros de malas conductas que nos han hecho mucho daño en el pasado y de las cuales no se han aprendido las lecciones”.

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