América: historias tenebrosas
En un reciente artículo intitulado Los pecados originales, nos referíamos a dos hechos de los cuales se avergüenza Estados Unidos por haber provocado sometimiento, explotación, despojos por parte de un grupo étnico sobre otros. El pasado lejano y cercano de América Latina igualmente registra páginas ignominiosas que deben ser recordadas a fin de no volver a quedar grabadas en los anales de cada nación. En México, la matanza de la Plaza de las Tres Culturas o Tlatelolco (1968), durante la presidencia de Díaz Ordaz, significó el ametrallamiento de centenares de estudiantes secundarios y universitarios que reclamaban la democratización de su país. Se trataba de proyectar la imagen de “normalidad” ante el mundo de cara a los Juegos Olímpicos.
Guatemala sufrió un prolongado baño de sangre por gobiernos militares y civiles, de 1954 a 1997, bajo la política de “tierra arrasada” en que miles de indígenas fueron asesinados y desplazados de sus comunidades. Monseñor Juan Gerari, defensor de los derechos humanos, fue asesinado en 1998.
El Salvador, bajo la dictadura de Maxiliano Hernández Martínez, perdió a miles de sus hijos en la matanza perpetrada en 1932, tras un intento fallido de alzamiento popular. La guerra civil (1980-1992) significó miles de ejecutados por el Ejército y otros miles optaron por emigrar. Monla Romero asesinado.
Honduras: más de un centenar de “desaparecidos”, nacionales y extranjeros, en aplicación a la Doctrina de Seguridad Nacional, durante la jefatura del general Álvarez Martínez.
impunidad perdura hasta el presente. Nicaragua: los liberales, en guerra fratricida con los conservadores, invitan a William Walker (1855), en 1865 se autoproclama presidente. Asesinado Sandino por orden de Somoza (1934). Este y sus hijos (19341979) controlan el poder en provecho personal. Costa Rica: sin someterlo a juicio, sin otorgarle el derecho a la defensa, es fusilado Francisco Morazán (1842).
Haití: dictadura de los Duvalier, padre e hijo (1964-1986). Cuba: con respaldo de Washington, Batista accede al poder vía golpe de Estado hasta su derrocamiento (1959). La isla, virtual protectorado estadounidense. Brasil: Última nación americana en abolir la esclavitud (1888); dictadura militar coautora de la Doctrina de Seguridad Nacional (1964-1985). Convertido en el subgendarme para el manteniseñor miento del “orden” en el subcontinente. Progresiva destrucción de la Amazonia y despojo de tierras indígenas.
Chile: reino del terror tras el derrocamiento del presidente Allende (1973). Dictadura castrense bajo Pinochet convierte a su país en laboratorio de las teorías de la Escuela de Chicago. Argentina: dictadura militar causante de 30,000 “desaparecidos”. Coautora, con Brasil, Chile y Estados Unidos, de la Doctrina de Seguridad Nacional, impartida en la Escuela de las Américas a oficiales latinoamericanos. Maniobra desesperada para captar respaldo popular fue el intento fracasado, culminando en derrota, por recuperar las Islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña.
Estos son algunos de los capítulos de ignominia, muerte, desolación, que marcan, indeleblemente, la historia de nuestra América
El pasado lejano y cercano de América Latina igualmente registra páginas ignominiosas que deben ser recordadas a fin de no volver a quedar grabadas en los anales de cada nación”.