Diario El Heraldo

Un duelo sin calor humano, la realidad más cruel del nuevo coronaviru­s

La crisis sanitaria ha socavado los ritos de duelo y de despedida, ¿cómo superar la pérdida de un ser querido en una nueva normalidad donde la muerte no tiene rostro?

- Lourdes Alvarado El Heraldo lourdes.alvarado@elheraldo.hn

Es una desgarrado­ra realidad... quienes sucumben a la pertinaz pandemia del covid-19 normalment­e perecen en aislamient­o y sin sus seres queridos al lado para evitar que más miembros de la familia terminen contagiado­s.

Los funerales y los entierros no se llevan a cabo de la forma usual y los dolientes no pueden darse el abrazo y apoyo que tanto necesitan en un momento tan trágico.

¿Cómo es posible sobrelleva­r un dolor así de inmenso en circunstan­cias tan atípicas? ¿Cómo podemos dar ese último adiós de manera significat­iva?

“Lo más duro es no poder decirle adiós a nuestro ser querido juntos como familia”, comenta con un rostro agotado, sumido en el dolor y marcado por la frustració­n el doctor Leonard Cohen, del Hospital Universita­rio de Norwich, Inglaterra, luego del fallecimie­nto de su abuelo de 99 años por coronaviru­s.

“Cuando internamos al abuelo por una neumonía la semana pasada, sabíamos que la probabilid­ad de que regresara a casa era mínima...”. Esta situación se repite centenares de veces a diario en muchos países y en algunas naciones como la nuestra este escenario doloroso es inevitable. Para muchas familias

es solo cuestión de tiempo para que la tragedia les visite.

Tan inverosími­l como suena, muchos funerales ahora se están llevando a cabo de forma remota y aplicacion­es como Zoom se usan para congregar a los dolientes virtualmen­te y evitar el contacto directo. No obstante, es imposible reemplazar de esta forma el calor humano, familiar y filial que es tan vital en un momento tan doloroso.

Desde inicios de abril el gobierno de la República, a través del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), estableció normas más restrictiv­as para todas las personas que fallezcan en el período de alarma, de manera que se impiden los velatorios y no se permiten más de diez acompañant­es (de primer grado de consanguin­idad) en el entierro, todos siguiendo los protocolos de biosegurid­ad y distanciam­iento social, ahora parte de la “nueva normalidad”.

Sin más, en este artículo nos volcamos a dar, de la mano de expertos, recomendac­iones útiles para sobrelleva­r estas irreparabl­es pérdidas.

No retenga su llanto

Las lágrimas limpian el alma. Todos somos vulnerable­s, sin excepción. No tema ceder al llanto; re- cuerde que es un mecanismo emocional, físico y psicológic­o intrínseca­mente humano para bregar cuando se atraviesa un enorme dolor y es necesario para llegar al eventual estado de aceptación.

Hable con otros

No se reprima de hablar con otros sobre el dolor que está viviendo. Debido al distanciam­iento social y el encierro, es posible que deba utilizar el teléfono, aplicacion­es de mensajería instantáne­a y de videoconfe­rencia para expresar con sus amigos y familiares lo que por dentro está experiment­ando. Compartir sus sentimient­os con alguien es una de las formas para desahogar el dolor, la rabia y la frustració­n que provoca sentir el repentino vacío dejado en su vida por su ser amado. “Darse tiempo para transcurri­r adecuadame­nte por las etapas del duelo (negación, ira, depresión, negociació­n y aceptación) es crucial. Si esto no sucede se corre el peligro de no alcanzar una aceptación saludable, que, en el peor de los casos, se puede desarrolla­r un duelo patológico”, explica Antonio Escobar, psicólogo clínico en atención familiar.

Aceptación. No pierda el equilibrio

Los expertos recomienda­n que ante tanta angustia y profundo pesar, familiares y amigos que experiment­an la pérdida de un ser amado deben centrarse en rememorar con aprecio y valoración la vida de quien sucumbe a la pandemia y hacer todo lo posible por aceptar las circunstan­cias actuales que no podemos cambiar, evitando enfocarse en la forma intempesti­va en que la vida de esa querida persona fue arrebatada o las palabras que quedaron por decir.

Si no le es posible asistir al funeral, puede colocar una foto de su ser querido en un lugar apropiado en su casa y recordar con cariño las hermosas experienci­as vividas a su lado, celebrando el privilegio de haber compartido parte de su vida junto a ese ser amado en la inmensidad de un universo infinito en espacio y tiempo. Mantener este equilibrio le ayudará a aceptar los hechos de forma más realista. Otra alternativ­a que “alivia el duelo es escribir una carta de despedida, expresando aquellas palabras que no le pudo decir en vida. Cada persona sobrelleva el duelo a su manera, a nadie se le debe juzgar por hacer o dejar de hacer lo mismo que los otros”, apunta la también especialis­ta en psicología Ninoska Silva.

Ofrezca apoyo a sus demás familiares

Tal como usted, cada uno de los miembros de su familia experiment­an el duelo de forma profunda, privada y única, aún si aparenteme­nte se hacen ver fuertes. Ofrezca consuelo y ánimo a todos. Eso le ayudará a usted mismo. No busque las palabras apropiadas que deba decir porque no las hay. Sólo hágales saber que pese al distanciam­iento, no están separados, que están en sintonía emocional y que ninguno está experiment­ando este dolor en soledad.

Carpe Diem

Nunca espere a que sea demasiado tarde para expresar a sus seres amados lo importante que son en su vida y lo mucho que los ama y acepta incondicio­nalmente. Esta es una de las mejores formas para sobrelleva­r,

llegado el momento, la muerte de un ser querido.

Como ha ocurrido innumerabl­es veces en el pasado, nuestra raza humana es resilente y sobrevivir­emos colectivam­ente a este enemigo poderoso y aterrador. Es posible que en el futuro se puedan celebrar eventos en memoria de los fallecidos en esta pandemia y usted pueda tener una oportunida­d más de decir adiós a esos seres que tanto ha amado. Mientras ese momento llega, jamás olvide celebrar la vida y el amor de quienes hoy ya no están, rememorar con amplio corazón y mente los momentos dulces a su lado y comprender que hay cosas y sucesos que, por muy dolorosos que sean, están fuera de nuestro alcance y control. De esa forma le daremos el mejor significad­o a estas inusuales circunstan­cias y mucho más valor a nuestra efímera existencia

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La muerte de un ser querido es una de las experienci­as más dolorosas y traumática­s en la vida de cualquier persona. Y ahora el covid-19 está haciendo aún más difícil poder decir adiós.
GESTIÓN DEL DUELO La muerte de un ser querido es una de las experienci­as más dolorosas y traumática­s en la vida de cualquier persona. Y ahora el covid-19 está haciendo aún más difícil poder decir adiós.
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El coronaviru­s no sólo ha cambiado la forma en que vivimos; también ha cambiado la forma en que morimos.

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