Expuestos
Cuando el huracán Mitch, nos invadió la tristeza y también la determinación por salir adelante. Adelante no salieron todos, pero avanzamos. Cuán sombrío se veía el horizonte y se ven aun obras de la infraestructura destruida. Atravesamos con los mismos sentimientos la sucesión presidencial en 2009. Si, Sucesión presidencial, vivimos en un país en donde la libertad de expresión es respetadísima, se es libre de decir lo que se piensa, sino que le pregunten a quienes hablan temeridades, mentiras y en vez de perder credibilidad se revalúan y hasta son erigidos como confiables dirigentes. Y sin una sola querella enfrente. A mayor diatriba mayor popularidad. Y están los que nos hacen bien denunciando los temibles actos de corrupción que todos debemos combatir. Pero volviendo a los hechos traumáticos que los hondureños hemos vivido en las últimas décadas, las secuelas de la defensa de la democracia, realizada en el 2009, fueron muy duras y muchos luchadores no lograron rebasarlas. Creímos que nada peor podría acontecernos, pero vinieron la inconformidad, por demás justificada, con los resultados electorales y la indignación por la malversación de los dineros del IHSS. Se lograron algunos objetivos: la corrupción no pudo esconderse y aunque la impunidad resguardó malhechores, solo fue ante los órganos jurisdiccionales porque quedaron identificados en la conciencia nacional. La pandemia que vivimos no tiene parangón con nuestros traumas del pasado. Ya son muchos los que no logran superar la tragedia y vivir. Y ya han empezado muchos a ver desmoronarse sus emprendimientos. ¡Que Dios nos ayude! Porque esta vez sí es impredecible el futuro. Por el coronavirus, pero sobre todo por la indignación creciente día a día. Como el covid 19, el repudio a la corrupción en los fondos públicos para enfrentar la crisis sanitaria, tampoco hace diferencia. El cada vez más reducido grupo gobernante en vez de respuestas genera más interrogantes. Deben ser expuestos los verdaderos culpables