Las vidas garífunas también importan
Los dirigentes comunales del Triunfo de la Cruz, Tela, Atlántida, tienen que aparecer con vida. La Policía Nacional debe intensificar su búsqueda y asegurar con ello la integridad física de Alberth Sneider Centeno, presidente del patronato de la aldea, miembro activo de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh), y uno de los líderes durante el proceso y posterior implementación de la sentencia de la Corte Internacional de Derechos Humanos del año 2015 a favor de la comunidad garífuna del Triunfo de la Cruz.
Asimismo, de sus compañeros Joel Martínez Álvarez, Suami Aparicio Mejía, Alberth Santana, Thomas y Gerardo Róchez Cálix, quienes fueron privados de su libertad hace hoy una semana, por hombres armados que vestían indumentaria de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) y portaban armas de grueso calibre.
El Estado debe escuchar los gritos de las comunidades garífunas de no más violencia y respeto de la vida de cada uno de sus miembros, y garantizar y proteger la vida y los derechos humanos de todos y cada uno de los miembros de estas comunidades.
La pandemia que golpea a la ciudadanía no debe ser excusa para obviar este tipo de hechos que vuelven a exponer al país en el contexto internacional por su intolerancia ante acciones de este tipo que, cuando se han cometido en otras ocasiones, quedan en la total impunidad.
Los delincuentes de este y muchos otros casos más deben ser identificados y puestos a la orden de los tribunales competentes, pues solo así se garantizará que esas estructuras criminales cesarán su accionar, hasta ahora avalado por la impunidad y la falta de investigación.
La comunidad garífuna y la sociedad hondureña confían en que el gobierno a través de sus órganos policiales, de investigación e impartición de justicia, actuarán diligentemente en este caso, tal como lo mandan las leyes de la República