¿Es posible obtener una vacuna efectiva contra el covid-19?
Larga espera La EMA considera que “podría tomar por lo menos hasta comienzos de 2021 para que una vacuna contra el covid-19 esté lista para su aprobación y disponible en cantidades suficientes”
La búsqueda de una vacuna contra el covid-19 avanza a una velocidad sin precedentes en el marco de una competencia planetaria con enormes intereses financieros de por medio. Pero habrá que cuidarse ante probables esperanzas frustradas.
¿Cuántas vacunas?
En su último informe, el 24 de julio, la OMS enumera 25 “candidatos a vacuna” evaluados en pruebas clínicas en humanos (sólo eran 11 a mediados de junio). La mayoría de estas pruebas aún se encuentran en la fase 1 (evaluar su seguridad), y otras en fase 2, en que ya se explora su eficacia.
Pero solamente cuatro candidatos a vacuna están en la etapa más avanzada, la fase 3, en la cual la eficacia se mide a gran escala.
La empresa estadounidense Moderna comenzó el lunes esta fase, durante la cual testeará a 30,000 voluntarios.
El cuarto proyecto en fase 3 es europeo, desarrollado por la universidad de Oxford en cooperación con la empresa Astrazeneca, y está siendo probado en el Reino Unido, Brasil y Sudáfrica.
Además de los tests ya comenzados, la OMS ha contabilizado 139 proyectos de vacunas candidatas, aún en fase de desarrollo preclínico.
¿Qué técnicas?
Hay diferentes enfoques. Algunos equipos trabajan sobre vacunas convencionales, que utilizan un virus desactivado, como las de Sinovac y Sinopharm.
También hay vacunas de “subunidades”, sobre la base de proteínas (antígenos), que desencadenan una respuesta inmunológica sin virus.
Las llamadas de “vector viral” son más innovadoras: se utiliza otro virus como soporte, que es transformado y adaptado para combatir el covid-19. Esta es la técnica por la que optó la universidad de Oxford, que utiliza un adenovirus (una familia muy corriente) proveniente de chimpancés.
Finalmente, otros proyectos innovadores se apoyan en vacunas de “ADN” o “ARN”, productos experimentales con piezas de material genético modificado. Es el caso de la empresa Moderna.
“Cuantos más candidatos haya, y sobre todo cuantos más tipos diferentes de candidatos a vacunas haya, tenemos más posibilidades de lograr algo”, explica Daniel Floret, vicepresidente de la Comisión técnica de vacunaciones, dependiente de la Alta Autoridad de Salud (HAS) francesa.
¿Qué resultados?
Los resultados preliminares de dos candidatas, la de la universidad de Oxford y la de una empresa china, Cansino, fueron publicados el 20 de julio en la revista médica The Lancet.
Ambos son considerados alentadores. Demuestran que provocan “una fuerte respuesta inmune”, desencadenando la producción de anticuerpos y linfocitos T (células especializadas del sistema inmunológico).
Además, han sido bien toleradas por los pacientes ya que no se registró ningún efecto secundario grave. Los más comunes fueron dolor de cabeza, fiebre, fatiga y dolor en el lugar donde se inoculó la inyección. No obstante, aún es demasiado pronto para sacar conclusiones.
“Aún no sabemos si estos niveles de inmunidad pueden proteger contra la infección (...) ni tampoco si es capaz proteger en los casos más frágiles de covid-19”, comentó Jonathan Ball, profesor de virología molecular en la universidad de Nottingham, quien no participó en estas investigaciones.
En todas partes del mundo, los procedimientos se han acelerado de manera sin precedentes.
Esto es algo particularmente palpable en China, país que ha visto surgir el virus SARSCOV-2. La recaudación de fondos ha sido lanzada por naciones y fundaciones. A diferencia de Europa, Estados Unidos lo está haciendo solo por su lado. EE UU busca acelerar el desarrollo de una vacuna por lo cual puso en marcha la operación Warp Speed