Pésimos hábitos al conducir
Estas son algunas de las peores manías que ponen en riesgo su seguridad al manejar un vehículo
En los tiempos que corren hemos descubierto que el conducir es una habilidad primordial que debemos saber. Manejar en la actualidad requiere responsabilidad para seguridad nuestra, de los peatones y los conductores que también van en la carretera.
Estos son tan sólo algunos de los pésimos hábitos de conducción que sin darnos cuenta se han convertido en costumbre pero que debemos cambiar.
El primero de ellos es utilizar el móvil al manejar. Si habla por teléfono mientras conduce o conversa por Whatsapp pone en riesgo su propia vida, la de los suyos y la de quienes se crucen con usted. Una buena alternativa para llamadas es utilizar manos libres. Incluso con lo avanzado de los sistemas operativos móviles, se puede configurar el dictado para evitar ir mensajeando mientras conduce.
En segundo lugar tenemos el alcohol, el cual tiene un doble peligro porque puede morir o hacer frente a una sanción económica o de cárcel. La Ley de Tránsito de Honduras contempla severas sanciones para los infractores de la ley al usar drogas o alcohol. Las sanciones, más allá de lo económico, incluyen hasta perder para siempre el derecho de poseer una licencia de conducir.
Por otro lado, recuerde moderar la velocidad. Uno de los mejores consejos de conducción es que adapte la velocidad a las condiciones y exigencias de la vía.
Otro aspecto a tener en cuenta es no conducir con sueño o bajo el efecto de medicamentos que lo provoquen. Si le vence el sueño, pare en un lugar seguro y descanse. Una hora de sueño reparador le permitirá reanudar la marcha con total seguridad.
Una de las manías más comunes es depender siempre de la reserva de combustible. Es una absurda y arriesgada costumbre porque la escasez de carburante puede provocar el sobrecalentamiento de la bomba de la gasolina y que esta se deteriore con mayor rapidez.
Tenga en cuenta que nunca debe apoyarse en la palanca de cambios. Procure poner las manos sobre el volante y tocar la palanca de cambios únicamente cuando resulte imprescindible. Apoyarse en ella todo el rato puede provocar un exceso de peso y el deterioro de los sincronizadores encargados de la transmisión.
Si va a hacer recorridos largos recuerde no cargar el coche más de la cuenta. Si habitualmente lleva un peso superior al recomendado por el fabricante, corre el riesgo de que la amortiguación se estropee. También las ruedas. Al arrancar su coche no pise a fondo el acelerador. Haciéndolo dispara el consumo de combustible. Y por último pero no por ello menos importante, recuerde limpiar el coche de manera periódica. Si lleva los asientos llenos de migas de pan y de restos de alimentos, corre el riesgo de que su tapicería se desgaste antes de tiempo