Desplome económico
Para nadie es desconocido que el impacto económico de la pandemia del covid-19 será devastador para Honduras y que se requerirán medidas extremas y creativas para recuperarla. Hoy en día el país se enfrenta a un desplome histórico de su economía, con cifras que no se registraron ni tras el devastador huracán Mitch que azotó el territorio nacional en 1998 y desapareció pueblos enteros del mapa, destruyó su infraestructura productiva, los cultivos y mató a más de 7,000 hondureños y hondureñas.
En el segundo trimestre de este año, el Producto Interno Bruto se desplomó en 17.6% respecto al primer trimestre de este año y del 18.5% al compararlo con el mismo trimestre del año 2019. El 56% de las empresas que cotizan al RAP han cerrado y se han perdido el 51% de los empleos del sector formal, según datos del Consejo Hondureño de la Empresa Privada. La pandemia está dejando a centenares de personas sin empleo, sin ingresos; a más de 100,000 niños, niñas y jóvenes fuera de las aulas escolares, y a miles más pidiendo ayudas en la calle para alimentarse. El reto para los que gobiernan actualmente el país, y quienes ya están en las calles de barrios, ciudades y pueblos buscando el favor electoral, es descomunal, pues se deben plantear desde ya trabajar por una sociedad más equitativa e igualitaria, un reto que no podrán alcanzar solos.
La recuperación del país demanda del esfuerzo de todos sus sectores y están llamados a pedir y escuchar lo que tienen que decir, incluso, sus opositores políticos. La pandemia no ha terminado y no terminará pronto, lo que obliga a las autoridades a reformular sus políticas públicas para enfrentar los efectos de la misma y buscar la recuperación, basada en planes realistas, consensuados, y en la utilización transparente de los presupuestos. Los y las ciudadanas tenemos -por nuestra parte- que acostumbrarnos a la nueva realidad que nos impone vivir con la pandemia y observar las medidas de bioseguridad que recomienda la comunidad médica