Más compatriotas abandonan Honduras
Alo largo de este año se reportan al menos cuatro caravanas de migrantes: adultos, jóvenes, niños de ambos sexos que, obligados por la creciente violencia delincuencial que origina la inseguridad y el desempleo, optan por marcharse hacia lo ignoto, lo que revela el grado de desesperación que abate a miles de hondureños que no ven perspectivas de mejoría si permanecen en su patria, concluyendo que las condiciones económicas y sociales lejos de mejorar se deterioran velozmente, agravadas por la pandemia.
Estos migrantes se exponen aún más a la suma de riesgos que han precedido a anteriores caravanas: hoy se exponen, adicionalmente, a todos los peligros que acechan, a infectarse con el coronavirus sin que nadie les proporcione ayudas sanitarias: las casas hogares en donde se les ha brindado asistencia y albergue temporal a los migrantes se encuentran cerradas debido a la pandemia. Un integrante de una reciente caravana declaró: “Vamos a lo que salga, todos somos gente pobre”. Se trata de un ingeniero que, pese a sus gestiones, no ha logrado insertarse en el reducido mercado laboral.
Cada vez egresan más profesionales universitarios que se frustran en sus aspiraciones al no lograr un puesto de trabajo acorde con su preparación académica, lo que genera altos niveles de frustración, teniendo que insertarse en el sector informal de la economía para meramente subsistir. Los migrantes que han logrado salir del territorio nacional e ingresar a Guatemala están siendo devueltos a su país.
El gobernante de la vecina nación ha ordenado que sean detenidos todos los hondureños que entraron a partir del 1 de octubre y deportados. México, por su parte, por medio del Instituto Nacional de Migración, advirtió que los extranjeros que ingresen a su territorio sin medidas sanitarias se les aplicarán penas de cinco a diez años de prisión.
México ha deportado 16,865 centroamericanos, de los que el 54% son hondureños, en tanto en su frontera norte se encuentran más de 1,877 compatriotas y en la sur 1,200. Más de 27,000 se encuentran en la frontera septentrional mexicana a la espera que Estados Unidos les brinde asilo. (La Tribuna, 1 de octubre de 2020).
Aquellos migrantes que lograron subrepticiamente penetrar a territorio estadounidense o bien han sido expulsados o encarcelados indefinidamente, separando a niños de sus padres, esterilizando a mujeres sin que estas hayan autorizado tal procedimiento quirúrgico, abusando sexualmente de otras.
Todos estos abusos han sido verificados por congresistas estadounidenses. Para el sociólogo Eugenio Sosa, “los migrantes se van porque el país no les ofrece condiciones básicas para una vida digna, pero a la vez generan estabilidad y condiciones para la administración de la crisis. Al irse del país dejan de presionar al Estado por sus demandas y contribuyen a generar estabilidad con los beneficios económicos y de otro tipo que generan” (CEDOH. “¿Adónde va Honduras? Tendencias y perspectivas en contexto de crisis”, p. 23). Así, la incertidumbre y desesperación forman parte esencial de los tiempos actuales para millones de seres, atrapados sin salida posible
Vamos a lo que salga, todos somos gente pobre”.