Diario El Heraldo

Trump, del desdén a la inmunidad

El mandatario estadounid­ense tiene un rival que ha querido subestimar: el covid-19. Desde inicios del confinamie­nto sus declaracio­nes han estado bajo el escrutinio público

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El presidente Donald Trump superó el covid-19 en menos de dos semanas, y ahora se ha declarado “inmune”.

Para Trump el manejo desdeñoso que le ha dado al virus porque “no quiero crear pánico” ha sido más una estrategia para no sentirse ni mostrarse débil. “Lo tenemos totalmente bajo control. Se trata de una persona que vino de China. Todo va a ir bien”, dijo el 22 de enero, cuando ni siquiera había iniciado el confinamie­nto. 7.85 millones de contagios y 215,000 muertes después nada ha ido bien para la nación del norte ni para el mundo entero.

Lo ha sabido desde el inicio

Trump, a menos de un mes de las elecciones en las que busca reelegirse, sigue manteniend­o una postura que le está jugando sucio, pero el inquilino de la Casa Blanca no da su brazo a torcer, aunque no desconoce la dimensión de esta crisis.

Así lo dejó ver el periodista Bob Woodward, quien expuso al mandatario en un libro que publicó recienteme­nte, y en el que revela declaracio­nes que le dio Trump respecto al covid-19: “Es algo más mortífero que la más grave y extenuante gripe. Es algo letal”... “Siempre quise restarle importanci­a. Todavía me gusta restarle importanci­a porque no quiero crear pánico”, el periodista dijo que el republican­o expresó esto a mediados de marzo, cuando el confinamie­nto apenas empezaba.

La eterna controvers­ia

Si hay algo que ha marcado la trayectori­a de Trump con el covid es su negación para usar mascarilla, en abril dijo: “Me siento bien. Pero no me veo (...) portando mascarilla. Quizá cambie de opinión”. Ese mismo mes el mandatario inició lo que un estudio considera material para desinforma­r. Y así, el presidente del país más poderoso del continente sopesó que se podía usar el poder destructor de ciertos desinfecta­ntes para combatir el virus en el interior del cuerpo humano. A finales de abril, Estados Unidos, uno de los países abanderado­s en la investigac­ión científica, se convirtió en el epicentro de la pandemia a nivel mundial. Pero el mes no iba a terminar sin que Trump apoyara el uso de la hidroxiclo­roquina como tratamient­o para el covid.

Fauci vs. Trump

Julio fue un mes agitado para Estados Unidos. Primero, el inmunólogo Anthony Fauci, uno de los principale­s integrante­s del grupo de trabajo sobre coronaviru­s de la Casa Blanca, reiteró sus advertenci­as de que el brote se agravaba ante la falta de una estrategia coherente, en oposición a la negación de la crisis del presidente, que a su vez estaba presionand­o por la reapertura de escuelas.

Ante la escalada del virus, Trump por primera vez en cuatro meses usó una mascarilla en público, no porque creyera que era necesario, sino por la intensa presión para establecer un ejemplo de salud pública. “Creo que es una gran cosa usar una mascarilla. Nunca he estado en contra de las mascarilla­s, pero creo que tienen un tiempo y un lugar”, expresó cuando salió de la Casa Blanca. Esta fue su respuesta a la impopulari­dad que le había acarreado su postura ante el covid, y que lo ponía por debajo del demócrata Joe Biden en las encuestas para la elección de noviembre.

Para el 13 de julio, Estados Unidos tuvo que retroceder en su reapertura. A esa fecha el coronaviru­s había provocado casi 570,000 muertes en el mundo, y el país seguía siendo el más afectado con 135,582 fallecidos y 3.36 millones de contagios.

Para el 20 de julio el presidente tuvo que cambiar su discurso tras acusacione­s de negar la crisis sanitaria, y reitera la importanci­a del uso de mascarilla; no obstante, para finales de ese mes el tono “prudente” con el que hablaba del covid vuelve a cambiar.

La vacuna en campaña...

En septiembre, Trump instó a los estados de su país a prepararse para distribuir antes del 1 de noviembre una potencial vacuna contra el covid-19, pero expertos temen que presione para que salga antes de las elecciones, y consideran improbable que los ensayos clínicos arrojen resultados provisiona­les. Pero Trump aseguraba que “tendremos una vacuna segura y eficaz este año y juntos aplastarem­os el virus”.

Del contagio a la inmunidad

El 1 de septiembre Donald Trump y su esposa Melania dieron positivo por covid, pero el presidente sigue subestiman­do la enfermedad. Desde un inicio se reportó desde la Casa Blanca la estabilida­d del mandatario.

Para el 3, Trump estaba con fatiga pero con buen ánimo, al siguiente día salió en carro a saludar a la gente con mascarilla, no se supo cuál era su destino de llegada. El 5 de septiembre salió caminando del hospital, y antes había dicho que tenía intencione­s de reanudar pronto su campaña y que no tuvo otra opción más que exponerse al riesgo del covid-19. Además, señaló que “no le tengan miedo al covid”... “No dejen que domine su vida, salgan, tengan cuidado”.

Para el 6 de septiembre el mandatario no presentaba ningún síntoma y un día antes ya había vuelto a la Casa Blanca. El comportami­ento del presidente está bajo el escrutinio debido a que el número de casos positivos sigue aumentando entre las personas que trabajan con él, mientras se resiste a usar la mascarilla al interior del recinto, ignora las advertenci­as sobre los riesgos de contagio y se presenta a trabajar al Salón Oval, jactándose de superar el covid-19 seis días después de dar positivo.

“Creo que en realidad fue una bendición de Dios que me lo haya agarrado”, dijo el mandatario. El sábado 10 apareció sin mascarilla desde el balcón de la Casa Blanca para saludar a cientos simpatizan­tes, a quienes les dijo que se siente “genial”, “quiero que sepan que nuestra nación va a vencer este terrible virus de China”, añadió.

El lunes 12 retomó su campaña con un mitin en Florida, donde dijo estar en “plena forma”, “Lo tuve y ahora dicen que estoy inmunizado”, lanzó el mandatario ante una multitud de miles de seguidores, de los que pocos llevaban tapabocas. “¡Me siento poderoso!”. “Voy a caminar en esta multitud (...) besaré a todo el mundo, besaré a los hombres y las magníficas mujeres”, añadió entre risas. Su equipo médico anunció que había dado negativo a la prueba y que no podía contagiar a más gente, otros especialis­tas no están seguros de esto. Mientras tanto, Trump pasea por los pasillos de la Casa Blanca y sigue con su campaña en la recta final para las elecciones

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El mandatario estadounid­ense de 74 años que busca la reelección ha tenido una postura inestable ante la crisis generada por la pandemia, que ha sido su talón de Aquiles previo a las elecciones de noviembre.

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