Motagua y Olimpia aburren: 0-0
Apertura 20/21 Azules y Blancos cerraron la jornada cuatro con un deslucido partido en el Nacional. Bengtson tuvo las dos más claras
Enredado en la falta de fútbol, la mezquindad tanto de Azules como de Blancos y el miedo a perder por encima del deseo de ganar, el clásico capitalino dejó un empate 0-0 y un sabor muy amargo. No en vano Dani Turcios, exprotagonista de estos clásicos y ahora en rol de analista, afirmaba en medio del aburrimiento: “No hay nada que resaltar, no hay señales de buen fútbol”. Y así fue.
Los dos decidieron meter el pie en el freno en lugar de pisar el acelerador. Demasiada cautela para las dos plantillas más caras del país. Eso sí, la rocosa igualdad sabe mejor a un equipo de Diego que sigue mirando a todos desde la cima.
Bengtson erró la más clara
Seis segundos habían pasado del primer pitazo de Nelson Salgado cuando Michaell dio una falsa alarma de un juego electrizante con un remate cruzado. Típico de los clásicos, el partido se fue anudando entre la rigidez, la pierna fuerte y la falta de claridad. Las bandas no daban frutos: en un costado Kevin —y después Wilmer
Crisanto— y Portillo se debatían en duelo sin ganador y en el otro lado hacían algo similar Elvir y Maylor. Y por el centro no era diferente. Las duplas Castellanos-galvaliz y Deybipineda se concentraban más en destruirse que en construir.
Ante ese escenario, las principales llegadas se dieron por chispazos. Mayorquín no pudo empalmar en el segundo palo un tiro de esquina y Bengtson desperdició la más clara del partido: se quitó a Rougier y ante el poco ángulo remató al costado de la red. Uy, qué oportunidad para los de Troglio, al borde del descanso (43).
Rougier frenó al Avestruz
El temor de ir a traer la pelota a su red se imponía, aunque reiniciada la batalla fue Olimpia el que mostró un poquito de anhelo por llevarse una victoria que volvió a tener Bengtson. Entre rebotes dentro del área, la pelota quedó servida para el Avestruz, pero Rougier sofocó el incendio recostando a su derecha (63). Por cierto, ese fue el único remate a portería en todo el juego. De ahí en más, el combate siguió evidenciando carencia de ideas e, incluso, falta de ganas para llevarse el triunfo. Faltaron los goles, las emociones y el fútbol digno de un clásico... El Mimado sigue en la cúspide del grupo B con 10 puntos y continúa viendo a cuatro de distancia a su archirrival de toda la vida...
Fue un partido bastante cerrado, ellos nos esperan en tres cuartos, hubo pocas oportunidades de ataque. No nos sabe mal el punto”.
Rubilio Castillo
Delantero de Motagua