Tocables
Gracias en parte a la magia de Hollywood hemos pensado y creído que la seguridad nacional de la gran nación del norte, Estados Unidos, es absoluta e intocable (untouchables), sin embargo, hay dos eventos principalmente que nos han demostrado que no es así. Los atentados del 11 de septiembre de 2001, también llamados “9/11”, fueron una serie de cuatro atentados terroristas suicidas cometidos la mañana del martes 11 de septiembre de 2001 que provocó no solo la caída de las Torres Gemelas en Nueva York, sino que también severos daños físicos a las instalaciones del Pentágono y numerosas muertes. Y el pasado 6 de enero el asalto al Capitolio en Washington por partidarios de Donald Trump generó conmoción en EE UU y el mundo. Ambos eventos desde el punto de inteligencia militar nos dicen que la seguridad nacional del imperio norteamericano es vulnerable y tocable (touchable), que sí fue posible tocarle las barbas al tigre. Aun en los edificios que son considerados sagrados como el Capitolio de los Estados Unidos, que es el edificio que alberga las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos. Se encuentra en el barrio Capitol Hill en Washington, DC, la capital del país. Se especula, y así lo registra la historia, que el gobierno de George W. Bush sabía de antemano lo que ocurriría en ese septiembre negro, pues varios investigadores y analistas descubrieron algunas inconsistencias y disparidades entre la información ofrecida y los hechos del 11S.
Y en lo que se refiere a los hechos que acontecieron el día de reyes de este 2021, no hay la menor duda de que el presidente saliente Donald Trump — según expertos y analistas políticos— intentó darse un autogolpe. El 45º presidente de los Estados Unidos deja un mal sabor de boca, buscó la presidencia no para servir a los demás, más bien lo hizo por una necesidad de satisfacer su ego personal, mañana 20 de enero se va más con pena que con gloria, su soberbia lo derrotó. Deja un mal precedente histórico al ser sometido en dos ocasiones a un juicio político. Avergonzó a su país y también faltó al juramento de defender su integridad no solo de enemigos externos, sino que también domésticos. La historia le juzgará.
Dennis Espinal
CIUDADANO