La corrupción no da tregua
Este gobierno, el gobierno de Juan Orlando Hernández, pasará a la historia como el más corrupto por el nivel de contagio y letalidad que provocan sus actos, recuérdese que se han contaminado todas las instituciones y el número de funcionarios públicos implicados en el saqueo es numeroso. Según denuncias, la mitad de los 128 diputados estaban siendo investigados por la defenestrada Maccih antes de que los mismos, al verse acorralados, decidieran expulsarla.
De acuerdo con el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), anualmente se desvían 65 mil millones de lempiras por actos de corrupción, lo que equivale a 12.5% del Producto Interno Bruto (PIB). Si a este monumental robo de las finanzas públicas le pusiéramos la relación que guarda con obras que se dejan de construir o adquirir, podríamos estar hablando de hospitales, equipo médico y medicinas, mejora de las condiciones físicas para las escuelas, laboratorios, bibliotecas y contratación de personal y otras inversiones orientadas a impulsar el desarrollo de la nación.
Cada vez que hay una crisis en el país, ya sea por factores naturales o sociales, el gobierno aprovecha para establecer los famosos estados de emergencia. Con la llegada del covid-19, antes de que apareciera la primera víctima, ya se había declarado la emergencia. El último decreto tiene límite hasta el 31 de diciembre del presente año. En la mayoría de los países una emergencia no debe pasar de 60 días, nosotros cumpliremos casi dos años al finalizar el 2021.
Las emergencias son como la llave para abrir todas las gavetas del Estado sin seguir los controles para el gasto público.
De acuerdo con la Constitución de la República, la Secretaría de Estado en el Despacho de Salud coordina todas las actividades públicas de los organismos centralizados y descentralizados del sector, no obstante, el gobierno, en una acción que parece programada con propósitos aviesos, le ha venido quitando funciones no solo a la Secretaría de Salud sino también a otras dependencias. Ahora ocurre que Copeco e Invest-h también han estado en el tema de salud, ya sea haciendo compras o realizando tareas de la dependencia creada con ese propósito, con lo cual se favorece actos de corrupción. Estas entidades gubernamentales son las más señaladas en desviación de recursos.
El último caso, ya investigado por los organismos contralores y puesto a la orden del Ministerio Público, es el ocurrido con las compras de ventiladores por Copeco, en esa compra fraudulenta el Estado erogó unos 50 millones de lempiras, el equipo adquirido no estaba en condiciones para atender las necesidades para las cuales se adquirieron, el resultado es que los mismos están embodegados, después que produjeran la muerte de dos compatriotas.
Uno de los sospechosos por actos de corrupción en Copeco es Carlos Cordero, sabiendo esto el gobierno lo nombró embajador en la Santa Sede, en Roma, a lo mejor para que pida perdón y le sean expiados sus pecados, a él y a sus dadivosos amigos en el gobierno
Uno de los sospechosos por actos de corrupción en Copeco es Carlos Cordero, sabiendo esto el gobierno lo nombró embajador en la Santa Sede, en Roma, a lo mejor para que pida perdón y le sean expiados sus pecados, a él y a sus dadivosos amigos en el gobierno”.