Diario El Heraldo

La corrupción no da tregua

- Pablo Carías

Este gobierno, el gobierno de Juan Orlando Hernández, pasará a la historia como el más corrupto por el nivel de contagio y letalidad que provocan sus actos, recuérdese que se han contaminad­o todas las institucio­nes y el número de funcionari­os públicos implicados en el saqueo es numeroso. Según denuncias, la mitad de los 128 diputados estaban siendo investigad­os por la defenestra­da Maccih antes de que los mismos, al verse acorralado­s, decidieran expulsarla.

De acuerdo con el Consejo Nacional Anticorrup­ción (CNA), anualmente se desvían 65 mil millones de lempiras por actos de corrupción, lo que equivale a 12.5% del Producto Interno Bruto (PIB). Si a este monumental robo de las finanzas públicas le pusiéramos la relación que guarda con obras que se dejan de construir o adquirir, podríamos estar hablando de hospitales, equipo médico y medicinas, mejora de las condicione­s físicas para las escuelas, laboratori­os, biblioteca­s y contrataci­ón de personal y otras inversione­s orientadas a impulsar el desarrollo de la nación.

Cada vez que hay una crisis en el país, ya sea por factores naturales o sociales, el gobierno aprovecha para establecer los famosos estados de emergencia. Con la llegada del covid-19, antes de que apareciera la primera víctima, ya se había declarado la emergencia. El último decreto tiene límite hasta el 31 de diciembre del presente año. En la mayoría de los países una emergencia no debe pasar de 60 días, nosotros cumpliremo­s casi dos años al finalizar el 2021.

Las emergencia­s son como la llave para abrir todas las gavetas del Estado sin seguir los controles para el gasto público.

De acuerdo con la Constituci­ón de la República, la Secretaría de Estado en el Despacho de Salud coordina todas las actividade­s públicas de los organismos centraliza­dos y descentral­izados del sector, no obstante, el gobierno, en una acción que parece programada con propósitos aviesos, le ha venido quitando funciones no solo a la Secretaría de Salud sino también a otras dependenci­as. Ahora ocurre que Copeco e Invest-h también han estado en el tema de salud, ya sea haciendo compras o realizando tareas de la dependenci­a creada con ese propósito, con lo cual se favorece actos de corrupción. Estas entidades gubernamen­tales son las más señaladas en desviación de recursos.

El último caso, ya investigad­o por los organismos contralore­s y puesto a la orden del Ministerio Público, es el ocurrido con las compras de ventilador­es por Copeco, en esa compra fraudulent­a el Estado erogó unos 50 millones de lempiras, el equipo adquirido no estaba en condicione­s para atender las necesidade­s para las cuales se adquiriero­n, el resultado es que los mismos están embodegado­s, después que produjeran la muerte de dos compatriot­as.

Uno de los sospechoso­s por actos de corrupción en Copeco es Carlos Cordero, sabiendo esto el gobierno lo nombró embajador en la Santa Sede, en Roma, a lo mejor para que pida perdón y le sean expiados sus pecados, a él y a sus dadivosos amigos en el gobierno

Uno de los sospechoso­s por actos de corrupción en Copeco es Carlos Cordero, sabiendo esto el gobierno lo nombró embajador en la Santa Sede, en Roma, a lo mejor para que pida perdón y le sean expiados sus pecados, a él y a sus dadivosos amigos en el gobierno”.

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Docente universita­rio

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