Los trucos para limpiar a fondo el horno
UNA LIMPIEZA EXHAUSTIVA PODRÍA AYUDARLE A PROLONGAR LA VIDA ÚTIL DEL APARATO
Al limpiar utilice palas de madera o estropajos suaves, ya que de lo contrario podría dañar el esmalte y la cerámica del interior.
Limpiar su horno es como ir al dentista. Pocos de nosotros esperamos con ansias la experiencia, pero a menudo, la idea de limpiar es peor que el proceso en sí.
Con el conocimiento adecuado y las herramientas básicas, el aseo del horno no tiene por qué ser una tarea abrumadora ni mentalmente ni en práctica.
¿Pero con qué frecuencia debo limpiar mi horno?
De acuerdo con la revista Cooking Light, hay tres señales reveladoras de que puede ser el momento de fregar el horno. La primera es apariencia general. ¿Nota costras o residuos en el fondo? ¿Está la puerta cubierta o salpicada de grasa o suciedad? Luego está el olor. Cuando enciende su horno, ¿surge un olor distinto? Si huele mal antes de cocinar algo, significa que hay grasa, suciedad o comida en el interior. Y por último está el humo. Un horno limpio no debe hacerlo, eso indica acumulación de suciedad.
En sí, la frecuencia con la que use su horno determinará cada cuánto debe dedicarse al aseo.
Para los cocineros ávidos, una regla general es limpiarlo una vez cada tres meses. Si rara vez enciende su horno (digamos, solo un par de veces al mes), limpiarlo una o dos veces al año debería ser suficiente. Por supuesto, preste atención a los signos enumerados anteriormente, y si surge un derrame o accidente, no se demore en actuar.
Ahora, ¿por qué es importante dedicar tiempo a esta tarea?
No solo alarga la vida útil del aparato, sino que la calidad de los alimentos mejora.
Los aromas de cualquier grasa o suciedad adherida podrían influir en los alimentos cocinados. En el caso que quiera usar la función de autolimpieza debe considerar que su horno se bloquea y sube a una temperatura alta de más de 550 grados. Este calor ayuda a derretir y eliminar la grasa y la suciedad, pero si tiene acumulación en la parte inferior, puede ser contraproducente y generar humo y, en algunos casos, provocar un incendio