Inicia ruta solidaria y educativa repartiendo útiles de casa en casa
Bajo medidas de bioseguridad, un pequeño grupo de niños y maestros recibió los kits escolares en nombre de 240 estudiantes. Con un sincero gracias mostraron gratitud a la Maratón del Saber
Aunque no los pudimos ver corriendo y divirtiéndose en su escuela como en la primera ocasión que los visitamos, y los pocos que asistieron a la entrega cubrieron sus inocentes sonrisas bajo una mascarilla, la misión está cumplida.
Los ojos de los niños irradiaron un brillo de agradecimiento al tener entre sus manos ese granito de arena que les motiva a cumplir sus sueños académicos.
Pese al año tan difícil, producto de la pandemia que azota el país, la Maratón del Saber no tiene ganas de abandonar a los niños en su proceso educativo.
Bajo otras formas de distribución y respetando las disposiciones de bioseguridad, el vehículo de la solidaridad hizo su primera estación en la colonia Generación 2000, en lo alto de Comayagüela.
En este sector, los estudiantes del Centro de Educación Básica Generación 2000 han retornado a recibir clases por grupos pequeños, pues el acceso al internet y a tecnología es casi nulo y en muchos de sus hogares apenas se cubren las necesidades básicas y comprar útiles escolares es todo un desafío.
El equipo de EL HERALDO lo comprobó al llegar al lugar y escuchar de voz de padres de familia, docentes y de los alumnos que han tenido que utilizar hojas viejas y los espacios de cuadernos de años anteriores para iniciar sus clases.
Pero gracias al compromiso de empresas solidarias como Cuadernos Quick, fiel aportante a la causa, son posibles estas jornadas de esperanza.
Misión por la educación
Steven Beltrán, de nueve años, un amante de las matemáticas, contó que sus padres no habían podido comprarle cuadernos, pero que al recibir el paquete que le llegó, sus padres recibirán un gran alivio en sus bolsillos.
“Gracias, yo pensé que este año iba a escribir en hojas sueltas pero ya tengo cuadernos nuevos”, expresó Steven mientras abrazaba con fuerza a sus fieles compañeros de clase.
Quien llegó con su uniforme y feliz de volver a ver útiles nuevos fue la pequeña Sheyla
García, de 11 años.
“Me gusta mucho escribir y la verdad no tenía cuadernos para hacerlo porque se me habían gastado. Les doy gracias porque ahora voy a poder escribir sobre lo que más me gusta que es la naturaleza”, expresó, mientras se movía de lado a lado en señal de alegría.
El director del centro educativo, Carlos Madrid, agradeció el espaldarazo a la educación de los 240 niños beneficiados con la entrega de paquetes escolares.
“Nos es grato este donativo y sobre todo porque cumplimos la entrega con medidas de bioseguridad”, manifestó Madrid.
El maestro es el encargado de hacer llegar los paquetes de útiles escolares a los niños matriculados, pues no todo pudo ser presencial.
Madrid invitó a empresas y personas solidarias a sumarse a esta campaña que por 18 años ha acompañado a la niñez