General Galo Maldonado
Conozco a Orbin Alexis Galo Maldonado desde que era subteniente y estaba asignado a Interpol, en el viejo Cuartel de Casamata. Siempre fue un buen policía, servicial y honesto, pero serio y con cara de pocos amigos. Desató en ese tiempo una lucha contra las bandas de robacarros, y puso a muchas en su sitio: la cárcel. Luego, le perdí la pista y, mucho tiempo después, fui testigo de su ascenso a comisionado de Policía, luego, a comisionado general, de ahí, al cargo de subdirector de la Policía Nacional, y ahora, de director general de la Institución. Es un hombre de carácter fuerte, legalista y respetuoso de los derechos humanos, y sé que hará todo lo posible porque la Policía Nacional mantenga el respeto de la población en sus miembros, que trabajan para servir y proteger a la gente. El que uno, dos o tres criminales vestidos de uniforme le hayan quitado la vida a una mujer valiosa no es muestra de que la Policía es corrupta; muestra que de todo hay en la viña del Señor, y que criminales como esos no tendrán lugar entre los buenos hombres y mujeres que luchan día a día por darles seguridad a los hondureños, aun a costa de sus propias vidas.
Sé que la gestión del general Galo Maldonado al frente de la Policía Nacional será muy positiva, y todos queremos ver cómo lleva a la institución a través de esta nueva crisis en la que se necesita un liderazgo sabio, justo y conciliador. Pero, mientras el general Galo nos da las respuestas que esperamos, le pido a la población que confiemos en la Policía, que señalemos a los criminales que se infiltran en sus filas, y que apoyemos a la institución para que siga trabajando por el bien del país. Sinceramente, Carmilla Wyler