Culpables de la corrupción
No se vive un día en el país sin escuchar de situaciones corruptas protagonizadas por los altos gobernantes.
Los ciudadanos afirman estar cansados de esto y atribuyen todo al gobierno, mientras otros afirman que es culpa de todos.
Los eventos de los últimos días podrían ser las acciones más vergonzosas cometidas en contra de un pueblo que está luchando en medio de un profundo desorden de esta nueva realidad política de Honduras.
No hay duda de que la economía mundial se encuentra en graves problemas.
A nivel global, los gobiernos y personas se acostumbraron a vivir robándole a los pueblos. En todos los países hay crisis, pero en el nuestro hay corrupción de una manera descomunal en el sector político.
Son los gobernantes quienes toman el dinero del Estado y, por ende, de la población, para satisfacer sus necesidades o gustos personales.
Son los ministros, legisladores, regidores, directores, son esas personas las que inician proyectos con altos presupuestos y terminan usando un porcentaje para ellos y la otra para abultar sus bolsillos.
Son esas mismas personas quienes piden algo a cambio a empresas o particulares para favorecerlos usando el poder que tienen.
El problema reside en la falta de carácter y de control del Estado.
Se crean leyes e instituciones con el fin de sancionar la corrupción, pero resulta que el poder de estas personas y la corrupción, en muchos casos, son más grandes que la justicia hondureña.
Se presenta corrupción en las instituciones anticorrupción, y las penas o sanciones para los corruptos son olvidadas y perdonadas al poco tiempo, cuando los culpables son procesados.
En una sociedad donde lo importante son los intereses personales que los alejan de los derechos e intereses ajenos, las personas se vuelven indiferentes a lo que puede ser el interés nacional pues no se esfuerzan siquiera en intentar cambiar la situación.