Operancia minimalista
El arte es el desahogo del alma, pero para muchos la expresión de la maldad. Si bien el término minimalista fue acuñado por un arquitecto, y se asocia con el arte, los asuntos que se han manejado en nuestras tierras últimamente se han vuelto malamente minimalistas, pues los actos pequeños se celebran como grandes hazañas. Tristemente se han dedicado desde hace muchas décadas atrás a sumir al pueblo en la pobreza e ignorancia, tanto así, que muchas personas celebran y agradecen a los gobernantes por una miga del pan que les regalan, cuando ellos se reparten el verdadero banquete, estos políticos les encanta hacer un gran espectáculo cuando regalan un par de zapatos con los colores de su partido, cuando regalan láminas de zinc, y bolsas de cemento, y salen en televisión diciendo que están contribuyendo a la vida mejor de las personas, y qué decir cuando regalan pequeñas casas valoradas en millones y que solo cuestan miles, y eso la gente no lo sabe, y si lo sabe no le importa, porque tener poco es mejor que nada, aunque muy pocos tengan mucho, a costa de casi todos, y así se ha venido acostumbrando a la población que es importante hacerles saber que los combustibles bajaron dos lempiras esta semana, pero nadie menciona que todos los lunes tenían un alza constante y que las rebajas son tardías y muy efímeras. Nos acostumbraron a anunciar con bombos y platillos la llegada de hospitales móviles, y cuando no llegó nada, a tener un silencio sepulcral, y la noticia de última hora, la llegada de las vacunas del covid-19, por una donación pírrica, porque acá no se hicieron bien las gestiones para hacer una compra decente, pero hay que darle a saber al mundo que Honduras ya empezó a vacunar médicos que no están en primera línea, y que las vacunas a mitad de año, si es que llegan las demás, solo alcanzarán para el 3% de la población. Y así han hecho en el país grandes cosas solamente desde su percepción, claro, porque si sus hazañas fueran grandes como su demagogia de verdad que no iríamos a la vanguardia con las peores estadísticas.
Fernando Erazo
PROFESOR DEL ITS-TELA UNAH