Receta de otro crimen electoral
Nuevamente, el 14 de marzo de 2021 en el narcoestado de Honduras quedó evidenciado frente a la comunidad nacional e internacional otro crimen electoral, las elecciones internas y primarias fueron una clonación de las elecciones generales del 2017. En las elecciones generales del 2017, los candidatos miembros de la industria de la corrupción debían alzarse con la victoria para evadir la justicia y realizar cambios sustanciales en las leyes como el Código Penal, expulsar la Maccih, y muchas otras ya conocidas.
Los autores intelectuales de este crimen electoral del 14 de marzo son los mismos del 2017, pero ahora teniendo como invitados un pequeño grupo determinante de los partidos de la oposición, alineando así todos los cómplices al plan.
El norte de esta conocida conspiración siempre es el de evadir la justicia y alcanzar la gloria. Para tal malévolo propósito se aprovecharon los dimes y diretes de la nueva Ley Electoral, la nueva identidad, el nuevo censo nacional electoral, montando un escenario confuso de incertezas para la celebración de las elecciones internas, creando una cantidad importante de distractores y poniéndolos en el tablero de ajedrez político, y como primera jugada magistral surge el maquillado Consejo Nacional Electoral (CNE).
Un Consejo Nacional Electoral sin cambios estructurales, un Tribunal de Justicia Electoral sin ley y sin capacidad de alzada. Lo único nuevo del CNE es el nombramiento de los consejeros representantes de los intereses políticos de cada partido o movimiento, con la encomienda precisa de validar este crimen electoral.
Este fraude es un absurdo, ha llegado en los tiempos en que el pueblo esperaba un asomo de decencia, un poco de esperanzas por el cambio
El norte de esta conocida conspiración siempre es el de evadir la justicia y alcanzar la gloria”.
“Este fraude es un absurdo, ha llegado en los tiempos en que el pueblo esperaba un asomo de decencia”.
hacia la moralidad, no fue así, el CNE permitió que la corrupción pisoteara la dignidad y los derechos esenciales del ser humano tirando tales valores al cesto de la basura junto al dinero del pueblo.
Sin dudas, en el narcoestado de Honduras la democracia muere y muere lentamente por asfixia a causa del cáncer maligno de la corrupción con metástasis instaladas estableciendo un sistema sinérgico y dañino.
La democracia hondureña muere, la están matando el narcoestado, los sistemas político, económico, social, la corrupción y la impunidad. Urgentemente la democracia necesita de oxígeno, los hospitales móviles no funcionan, este oxígeno debe venir del extranjero, de EUA, de Alemania o de todo el G-7, si fuera necesario. El que tenga oídos que oiga.
La falta de transparencia del proceso eleccionario en el CNE clarificaron los escenarios demostrando que desde Casa Presidencial, JOH con sus patrocinios, la conspiración se llevó a cabo. Prácticamente en las elecciones internas y primarias todos corrieron a favor de JOH, a excepción de Luis Zelaya.
Finalmente, mientras en Honduras exista JOH y Oliva con sus cómplices tendremos más de lo mismo, corrupción y más corrupción. Queda planteado