Diario El Heraldo

“Gracias a mi Dios porque me dejó llegar hasta acá y me pude vacunar”

Profesiona­les de la salud, con su ejemplo, llaman a la población vulnerable al covid-19 a que no teman a la aplicación de la vacuna. Sin embargo, se debe continuar con las normas de biosegurid­ad

- Ricardo Sánchez Agüero El Heraldo ricardo.sanchez@elheraldo.hn

La mejor vacuna es la que primero llegue al brazo de las personas vulnerable­s al covid-19. Así lo consideran diferentes profesiona­les de la salud, que ya se han aplicado la primera y segunda dosis contra el virus. En Honduras se han vacunado apenas 53 mil trabajador­es de la salud que se exponen a diario al coronaviru­s con 5,000 dosis de Moderna donadas por Israel y de 48,000 de Astrazenec­a donadas por el mecanismo Covax. ¿Cómo es su vida después de la vacuna?, EL HERALDO muestra tres testimonio­s de hondureños que han recibido la inoculació­n contra el virus.

La primera hondureña en recibir la vacuna contra el mortal virus en el país fue la enfermera auxiliar Soraya Ortega, de 40 años, quien labora desde hace cuatro años en el centro de salud del Alonso Suazo.

Ella recibió la segunda dosis de la vacuna Moderna el pasado 24 de marzo y ya completó su esquema de inmunizaci­ón. “Solo sentí el dolor en el sitio de la aplicación, en el brazo, eso es todo, de ahí no he sentido ningún malestar, igual la primera vez”, contó a EL HERALDO la guerrera de primera línea de batalla.

Soraya contrajo el covid-19 en mayo de 2020 y pese a que padece de diabetes e hipertensi­ón no sufrió complicaci­ones, pero vivía con temor por una segunda reinfecció­n.

“No tenía miedo de vacunarme, yo la esperaba con ansias, porque significa estar más tranquila y que mi vida se alargue un poco más porque soy mamá de dos niñas pequeñas”, confesó la profesiona­l de la salud. Pese a estar vacunada, ella sigue al pie de la letra las medidas de biosegurid­ad para no exponer a sus familiares. “Yo le di gracias a Dios cuando mi jefa me puso la inyección, gracias Dios mío porque me dejó llegar hasta acá y me pude vacunar”, afirmó. Soraya contó que cuando recibió la primera dosis su hija de 13 años la llamó llorando y le dijo: “¡Mamá, ya estás vacunada, lo lograste! Ahora podés estar tranquila”, porque a diario padecía de estrés. Eso se debía porque a ella le preocupaba contagiar a sus hijas y a sus otros familiares que tienen enfermedad­es de base.

“Me da mucha alegría ver que mis compañeras ya han sido vacunadas, enfermería siempre está al pie de la bandera, en las buenas y en las malas”, comentó.

Lamentó que más de 40 compañeros de su gremio han fallecido y 80 doctores a causa de ese virus.

La enfermera explicó que 15 minutos antes de aplicar la vacuna Moderna se debe sacar del termo térmico para que se acople a la temperatur­a ambiente.

A su vez, una vez que se descongela­n los frascos se deben aplicar todas las dosis en un lapso de seis horas.

“Mientras que la vacuna de Astrazenec­a es más flexible y noble porque se puede sacar del frasco y volverlo a guardar en el termo”, detalló.

Solicitó a la población no temer a la aplicación de la vacuna ya que salva vidas

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FOTOS: EL HERALDO (1) La enfermera auxiliar Soraya Ortega recibió su segunda dosis de Moderna el pasado 24 de marzo. (2) En Honduras se ha vacunado apenas a 53 mil trabajador­es del área de la salud a nivel nacional.
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