Cuba, la guerra fría que no termina
Después de la Segunda Guerra Mundial se abrió un espacio de tiempo en el cual las dos superpotencias, la extinta Unión Soviética y los Estados Unidos, entraron en una confrontación que se dio en todos los campos de la actividad social, económica, política y militar. Esta confrontación se vio estimulada por el surgimiento de un vigoroso movimiento de liberación nacional especialmente en Asia, África y en algunos países del continente americano que por mucho tiempo habían sido colonias de las potencias europeas.
Cuba entra en esa contienda con algunas especificidades, considerando que la lucha por su soberanía se había iniciado desde la segunda mitad del siglo XIX, para luego constituirse en lo que sus líderes -una vez que lograron derrotar a los colonialistas españoles- denominaron su estatus de nación como una seudorrepública, por la temprana intervención estadounidense en la isla mayor de las Antillas, que no solo se apoderó de los mejores recursos naturales, sino también cercenó su territorio apropiándose de lo que ahora se conoce como la base de Guantánamo. La belleza natural, más su envidiable posición geográfica hizo que España primero y luego EE
UU, pusieran especial interés en la isla. Para los españoles, Cuba era un lugar privilegiado para colocar sus tropas que entraban en combate contra los movimientos independentistas de América Latina; para los EE UU, Cuba era la “fruta madura” que en algún momento sería parte de los Estados Unidos. En estas condiciones, era natural que cuando llegaron los cambios impulsados por los líderes guerrilleros encabezados por Fidel Castro, empezando a recuperar los recursos naturales y algunas empresas, inmediatamente EE UU inició un bloqueo económico y una serie de acciones de hostigamiento con el propósito de limitar la acción de los cambios que se estaban produciendo en la nación.
La existencia de la Unión Soviética y la alianza de Cuba con esa potencia le servía de justificación a EE UU para promover la idea de la “amenaza comunista” en el continente; ahora ese bloque de naciones integrado por la URSS ya no existe, el pretexto ahora es la violación de los derechos humanos, sin embargo, los gobernantes estadounidenses no dicen nada por la violación de esos mismos derechos en otros países del continente, lo cual pone en entredicho el pretexto de las autoridades del país del norte.
Cuba es el único país en el mundo que ha enfrentado un bloqueo despiadado por cerca de seis décadas, eso ha implicado el cierre de todas las actividades comerciales, financieras, culturales y tecnológicas. A Cuba le han cerrado, incluso, hasta la posibilidad de comprar medicinas y equipo médico, no solo en Estados Unidos, sino también en otras naciones con fuerte influencia de capital norteamericano. La llegada al poder de Joe Biden generó algunas expectativas sobre la apertura de algunas actividades, el mismo presidente Biden hizo algunas promesas en ese sentido, sobre todo lo que tiene que ver con envío de remesas y viajes a la isla de turistas, lo que todavía no se conoce es ninguna acción orientada en esa línea
Cuba es el único país en el mundo que ha enfrentado un bloqueo despiadado por cerca de seis décadas...”.