Diario El Heraldo

Manos solidarias llevan alimentos a 400 niños de Villa Nueva y Los Pinos

Noblezaun grupo de jóvenes voluntario­s crearon el comedor infantil “Una luz en el camino”, que entrega merienda tres veces por semana a menores de escasos recursos. Son un faro en medio de la pandemia

- Abigaíl Ramírez El Heraldo diario@elheraldo.hn

Para la solidarida­d no hay límites. Cuando hay voluntad de ayudar a los demás, no hay límite de tiempo ni pandemia que lo impida.

Eso es lo que ocurre en las colonias Los Pinos y Villa Nueva, ubicadas en la salida al oriente de la capital, donde un grupo de voluntario­s a través del comedor infantil “Una luz en el camino casa del rey”, entregan alimentos a cientos de niños que viven en zonas de extrema pobreza.

El comedor se habilitó en la colonia Villa Nueva hace seis años y en plena pandemia, y sin importar los obstáculos, se abrió uno nuevo este año en Los Pinos.

La génesis

Ever Ponce, fundador del comedor, sintió la necesidad de darles alimento a los niños de la Escuela Naciones Unidas, pues él veía que en hora del recreo muchos no tenían qué comer.

Fue así que él junto a Pedro Bonilla y Abner Servellón, integrante­s de la iglesia Cueva de Aludam, decidieron crear el comedor en la colonia Villa Nueva donde, inicialmen­te, se les daba alimento dos veces por semana a un promedio de 60 menores.

En la actualidad, este comedor da atención a más de 250 niños de esta comunidad.

Y en el caso de la colonia Los Pinos, la meta era alimentar a unos 80 niños, pero la cantidad de pequeñines que llegaron fue el doble, sin embargo, y a pesar de todas las limitacion­es, a todos se les ha dado su merienda.

Ponce informó que en ambos se entrega alimento tres veces por semana en la hora de almuerzo.

Todos los días representa­n un riesgo para lograr cumplir con la meta de compartir comida con los niños, pero gracias a la solidarida­d y muchas manos dispuestas todos los niños reciben su ración de comida.

“Nosotros estamos trabajando conforme a la misericord­ia de Dios para llevar la comida, a veces sale de mi sueldo, a veces sale de un familiar, de algún hermano de la iglesia o de algunas fundacione­s que en algunas ocasiones donan”, expuso.

Son un aproximado de cuatro personas las que ayudan para dar este apoyo a menores de escasos recursos, dependiend­o de la colonia se tienen entre dos a cuatros personas que contribuye­n en la preparació­n de la comida como voluntario­s.

Ponce comentó que “Dios siempre nos da, con la pandemia hemos dado aún más ayuda, antes solo íbamos dos veces a la colonia y ahora vamos tres veces, ellos se llevan su comida y se toman las medidas de biosegurid­ad, ningún niño se ha contagiado del virus”.

Yesica Martínez, madre de seis hijos, expresó su agradecimi­ento hacia los voluntario­s, pues cinco de sus seis hijos logran recibir los alimentos cada vez que llega el comedor en la colonia Villa Nueva.

“Estoy muy agradecida, para mí es una bendición, gracias a Dios mis niños son beneficiad­os por el comedor y con esto de la pandemia para mí ha sido de gran apoyo que me han brindado”, expresó Martínez.

De igual manera, Daysi Yadira Jiménez, madre de tres infantes, relató que luego de perder su casa, por las tormentas de 2020, se ha refugiado con su familia en el comedor “Una luz en el camino casa del rey”.

¿Cómo ayudar?

Si usted desea ser la razón de que decenas de niños sonrían, puede sumarse con sus donaciones para esta organizaci­ón.

La principal necesidad es la de alimentos, pero también se requiere equipo de biosegurid­ad como mascarilla­s, gel antibacter­ial y alcohol para proteger a los menores del covid-19.

Si quiere convertirs­e en donante puede llamar al 33559420, con Ever Ponce o al 99400221, línea de la sección Metro de este rotativo

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FOTOS: EMILIO FLORES (1) Las ayudas son proporcion­adas a través de donaciones que hacen las personas o fundacione­s. (2) La comida se les entrega a los niños para que la lleven a su casa. (3) De 500 a 800 lempiras se invierte en cada merienda que se les brinda a los niños.
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Los niños acuden bajo las medidas de biosegurid­ad, pero siempre es necesario que se aporten mascarilla­s a la comunidad.

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