Reviven el juego de pelota maya
Once equipos danzan en medio del humo, del incienso y el sonido de las marimbas, con un objetivo
El sonido de las caracolas alerta al público. Es la apertura del torneo de pelota maya, que se desarrolla con la participación de once equipos de diversas latitudes de Guatemala.
Los únicos once equipos del país, entre ellos el de mujeres, se reunieron en dos campos en Xesampual, en el municipio indígena de Santa Lucía Utatlán, unos 150 km al oeste de la capital. Conmemoran el solsticio de verano (boreal). ¿El uniforme? Hombres con pantalones cortos y una faja, el torso descubierto, y el cabello sujetado en una vincha confeccionada con los multicolores textiles de trazos geométricos centroamericanos. El único equipo de mujeres, en tanto, luce una camiseta de color blanco adornada con dos líneas que forman una V. Su nombre: el I’xkat, entrenado por Francisca Elías. Nació en 2018 en el municipio de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango y hace dos años clasificó al mesoamericano de Palenque, México, donde quedó en cuarto lugar.
Espiritualidad
“El juego de pelota es parte de la espiritualidad maya y nuestros ancestros lo hacían para resolver conflictos de tierra o de otras cosas y evitar así el derramamiento de sangre”, dice a la AFP el guía espiritual Carlos Zabala. Gracias al juego se evitaron muchas disputas en el pasado, cuenta. Y aunque ahora ya no se usa para los mismos propósitos, Zabala considera necesario rescatar y revivir ese legado, en especial entre los jóvenes indígenas.
¿Cómo es el juego?
A diferencia del campo de juego que existe en el centro ceremonial Chichen-itzá de México, una suerte de “Maracaná” para la pelota maya, aquí los guatemaltecos contemporáneos disputan el duelo en una cancha de baloncesto. Cuatro jugadores por lado, los contendientes deben lograr que la pelota hecha artesanalmente de caucho, de 2 kg de peso, atraviese la línea final del equipo adversario. Ese sería el equivalente a un gol, y vale cuatro puntos. Eso sí, nada de patearlo. Solo puede ser empujado una vez por lado, usando un golpe de cadera en una especie de ping pong corporal. Si la pelota impacta en otra parte del cuerpo, el equipo pierde puntos. Si el balón da bote, los jugadores saltan para lograr desviarlo, y si va al ras, se arrastran. Son dos tiempos de 13 minutos cada uno. Todo bajo la atenta mirada de un árbitro. Aquí tampoco hay presupuesto para los ancestrales anillos de piedra con tallados de serpientes emplumadas del templo maya en México. Sobre el terreno de juego, amarrados a tres metros de altura, hay dos aros de metal juntos.
Si de un caderazo un equipo consigue que el balón atraviese esos aros, gana el juego de inmediato.
Deporte antiguo
“Históricamente la parte de Mesoamérica, en el mundo maya, fueron ellos los inventores del primer deporte utilizando una pelota de caucho y hule”, comentó a la AFP Javier Méndez, jugador del equipo del Ministerio de Cultura y Deportes.
A raíz de eso tuvo su evolución pero ya después de “la invasión” de los españoles, fue prohibido el juego, lamentó.
“Ahora como nietos e hijos de los creadores, como menciona el Popol Vuh (libro sagrado maya), estamos aquí reviviendo, dándole reivindicación al deporte con el objetivo que nuestras comunidades lo puedan tomar como un juego sagrado y rescatarlo al 100%”, aseveró este deportista de 33 años