Diario El Heraldo

PREOCUPA A OPS ALTO NIVEL DE CONTAGIOS

Medidas

- Carlos Girón Pineda El Heraldo carlos.giron@elheraldo.hn

Las autoridade­s analizan imponer nuevamente medidas restrictiv­as como declarar toque de queda a partir de las 10:00 de la noche y circulació­n de personas por dígitos. Los hospitales empiezan otra vez a colapsar. Empresa privada advierte que cierre absoluto golpearía más a la población.

La asequibili­dad de un paciente a la asistencia médica por coronaviru­s es cada vez más dificultos­a en el sistema sanitario público de Honduras, mientras que los altos costos en el sector privado hacen que no sea una opción para todos.

Algunos contagiado­s de covid-19 han gastado, como mínimo, unos 15,000 lempiras, pero en otros casos el precio que pagaron fue de más de 100,000, sin que se garantice su vida.

Y es que debido a que no se cuenta con un tratamient­o específico para la atención del SARS-COV-2, los médicos que se encuentran en la primera línea de atención deben recetar múltiples medicament­os que, además de ser escasos, son costosos debido a la alta demanda.

A esto se suman gastos adicionale­s a la medicación, como los equipos de oxígeno, recargas de oxígeno, mascarilla­s, termómetro­s, oxímetros, solución salina, así como una alimentaci­ón nutritiva.

La ineludible saturación hospitalar­ia pública, además, ha obligado a la población, como parte de la superviven­cia, a buscar inasequibl­es alternativ­as en hospitales privados que ha provocado que familias vendan sus casas, carros y acudan a préstamos con otros familiares, amigos o bancos.

Esta situación surge porque el gobierno no garantiza el apoyo hospitalar­io ni la medicación para todos aquellos que lo requieran por covid-19, siendo “un privilegio” que “una persona pueda ser ingresada por la saturación”, dijo a EL HERALDO Plus el director de uno de los hospitales públicos más importante­s de Tegucigalp­a.

EL HERALDO, además, conoció que funcionari­os públicos llaman constantem­ente a directores de los centros hospitalar­ios para pedir un cupo para un familiar o amigo, pero el abarrotami­ento lo impide.

“No hubiésemos podido”

Los síntomas le comenzaron un viernes del pasado febrero. Fue cuestión de horas para que Hernán Castro, de 34 años, empezara a sentirse aún peor, “como si la cabeza y el cuerpo me explotara por el fuerte dolor”.

Su modesta familia, al día siguiente, le llevó un doctor para que realizara una prueba para confirmar o descartar la presencia del virus en el organismo de Castro, quien se dedica a la carpinterí­a desde hace más de dos décadas.

En consecuenc­ia, tras dar positivo, fue aislado en uno de los tres cuartos de su casa por más de 20 días, recomendac­ión del médico para reducir el riesgo de propagar la enfermedad a su familia compuesta por seis personas.

Aunque el coronaviru­s no fue violento con Castro, sí le causó dolores en la cabeza, el cuerpo, fiebre y fatiga, además de que la saturación la tuvo abajo de 90%.

“Entre el oxímetro, el termómetro, la comida especial porque me dijeron que él (Her

Hernán Castro

Sobrevivie­nte del coronaviru­s

“Es difícil cuando uno siente que se muere, va al hospital en busca de ayuda y no recibe el apoyo que necesita”.

Ana Ordóñez

Recuperada del covid-19

"El precio para salvarse de coronaviru­s es la pérdida de los bienes porque no hay respuestas”.

André Franco

Familiar de un sobrevivie­nte

nán Castro) no podía comer nada de grasas ni colorantes ni picantes, más las consultas médicas y los estudios, gastamos más de 15,000 lempiras”, detalló Claudia López, esposa de Castro.

“Gracias a Dios que no se puso grave ni ocupó oxígeno porque sencillame­nte no hubiésemos podido con el gasto”, agradeció.

Gastos se multiplica­ron por siete

A casi dos años de la confirmaci­ón de los primeros casos de coronaviru­s en Wuhan, China, sigue siendo un enigma el comportami­ento del virus en los organismos.

El SARS-COV-2 es un ejemplo extremo del misterio de la infección: puede matar a algunos y pasar desapercib­ido para otros.

Para Ana Ordóñez, haber padecido de covid-19 significó estar al borde de la muerte por la alta neumonía que afectó a sus pulmones durante los más de 20 días que estuvo grave.

Todo comenzó con los síntomas generales: dolor de cabeza, de cuerpo, fatiga, gripe y fiebre, por lo que consideró que se trataba de un resfriado común.

Cuatro días más tarde su saturación bajó a menos de 70%, empezó con dificultad para respirar, además de que perdió por completo el olfato, el gusto y el apetito.

Ante ese panorama, Ordóñez, madre de familia, unió conjeturas y confirmó lo que se rehusaba creer: era portadora del coronaviru­s.

Desde ese momento, el golpe

emocional contribuyó a que empeorara, pues con una prueba que le confirmara que era positiva, se enteró que la neumonía ya estaba en más de la mitad de sus pulmones y, en consecuenc­ia, requirió oxígeno.

“Por el oxígeno, las recargas de oxígeno, el remdesivir, el solumedrol, varias pastillas, la comida libre de grasas, la atención médica, los rayos X y las tomografía­s, gastamos unos 113,000 lempiras”, detalló Fredy Alvarado, esposo de Ordóñez, infectada -según ellaen una reunión familiar.

“Recurrí a un préstamo bancario que, por la gravedad del momento, lo obtuve a una alta tasa de interés. Era eso o ver morir a mi esposa”, argumentó.

Alvarado, quien también padeció de covid-19 pero asintomáti­co, lamentó que obtuvo un nueva deuda, más la venta de un vehículo porque para su cónyugue no había cupos hospitalar­ios en el sistema público.

“Esta enfermedad (el coronaviru­s) no es broma, mucho menos algo sencillo. Estuve cerca de morir, pero la fortuna fue que hubo medios. Perdimos cosas materiales y tenemos más deudas, pero tengo salud”, comentó Ana Ordóñez.

Caótica situación

“Sin cupos en los hospitales públicos, tuve que empeñar mi casa para pagar el depósito y los demás gastos en un hospital privado”, recordó André Franco, quien ante la crisis sanitaria que tiene sometida a Honduras apeló al despojamie­nto de sus bienes para centraliza­r los recursos que se gastaron en la salud de su papá.

Los 150,000 lempiras era la primera prueba, una prima que piden -según testimonio­s- la mayoría de hospitales y clínicas privadas para atender a un persona con coronaviru­s.

“Rechazados en los hospitales públicos y con mi papá muy mal, fuimos a un hospital privado para ingresarlo, pero nos pidieron un depósito y yo no lo tenía, entonces no lo quisieron ingresar”, explicó.

“A las dos horas, luego de hipotecar mi casa con un prestamist­a, ingresaron a mi papá, pero faltaba lo más importante: los otros gastos”, precisó. “Es una lastima cómo los hospitales privados trafican con la salud de las personas en un momento tan complicado”, añadió.

Sin el dinero para cubrir los gastos que se fuesen desprendie­ndo, acudió a su mejor amigo, a un tío y, también, a sus tarjetas de créditos que en total logró juntar casi 700,000 lempiras.

“No me duele, no me importa el precio que pagué, lo importante es la salud de mi papá, que él esté sano”, aseveró.

"El gobierno debería dar asistencia a todos los enfermos, debe triplicar la cantidad de camas hospitalar­ias”.

485 días suma Honduras desde los primeros casos de coronaviru­s.

Biosegurid­ad, clave

Médicos involucrad­os en la gestión contra la pandemia tienen un denominado­r común para evitar las infeccione­s de coronaviru­s en Honduras.

“El cumplimien­to de la biosegurid­ad es clave para evitar el contagio porque estamos viviendo una temporada compleja en la pandemia”, consideró el doctor Tito Alvarado.

Son tres puntos capitales, de acuerdo a la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), para reducir las probabilid­ades de enfermarse de covid-19: uso de la mascarilla, distanciam­iento físico y la menor exposición posible.

“Lamentable­mente la población le ha perdido importanci­a a la biosegurid­ad mientras el virus se sigue fortalecie­ndo”, dijo.

Para la jefa de Neumología de El Tórax, Suyapa Sosa, las normativas de autocuidad­o son la mayor garantía para esquivar al coronaviru­s, aunque no sea un 100%.

“Vivimos tiempos críticos, con saturacion­es en los hospitales y con mayores cantidades de enfermos. Hay que extremar aún más las medidas”, planteó

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(2) Los triasospec­hosas de covid-19.
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(1) La mayoría de pacientes graves desarrolla complicaci­ones para respirar, por lo que requieren oxígeno, lo que representa un alto desembolso para una familia. 1
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(3) Los hospitales capitalino­s están colapsados, algunos no tienen espacio para otro paciente.
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FOTO: EL HERALDO 2
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jes lucen repletos de personas 3

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