Un hecho repudiable
La tarde del jueves se registró en Santa Ana de Yusguare, Choluteca, un hecho que ha generado indignación y repulsión entre la ciudadanía, y que nos ha expuesto como un país altamente violento en el campo internacional.
Giorgio Scanu fue brutalmente asesinado por un grupo de enardecidos pobladores que ingresaron a su vivienda y lo atacaron con piedras y machetes, porque le suponían responsable de haber dado muerte a un indigente de la comunidad identificado como Juan Flores.
Según los informes que han circulado tras el hecho, lo que motivó el cruel suceso fue la lentitud de los agentes asignados a la posta policial de la comunidad, a quienes les habían denunciado que el italiano iba a matar al señor Flores “y no les hicieron caso”.
Lo sucedido en Santa Ana de Yusguare no es un caso único, recordemos que en el pasado cercano en otras comunidades del interior del país ya se han registrado casos similares, en los cuales ciudadanos indignados han quemado las postas policiales de sus términos municipales.
Los hechos acaecidos en Yusguare no se justifican y por eso deben ser investigados y castigados, pero deben ser analizados porque el mismo no es un hecho aislado, sino que una consecuencia más de los altos grados de indefensión a los que se enfrenta la ciudadanía frente a la inacción de las instituciones que están llamadas a garantizar la vida de las personas y sus bienes, sin olvidar los niveles de deterioro a los que se enfrenta la sociedad en el campo social, político, económico, de inseguridad ciudadana, de violencia; de la infiltración de las maras y pandillas y de bandas de narcotraficantes, sin olvidar los altos índices de corrupción e impunidad en los que a diario se ven involucrados altos funcionarios gubernamentales.
Es claro que si la institucionalidad no funciona para los roles para los que fueron creados, continuaremos siendo testigos de este tipo de casos