¡Feliz cumpleaños Tegucigalpa!
La capital hondureña celebra hoy 443 años de su fundación por los colonizadores españoles que vienieron para explorar minas de plata bajo el nombre de Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa. Este aniversario la encuentra por segundo año consecutivo siendo el epicentro de una de las peores epidemias sanitarias de su historia, la del covid-19, con centenares de personas contagiadas y muertas, con su economía al borde del colapso, sus centros educativos cerrados y arrastrando los históricos problemas de pobreza que hacen cada día más grandes sus cordones de miseria.
Sus altos niveles de vulnerabilidad, en tiempos de invierno con inundaciones y derrumbes, y en verano, con los incendios forestales que destruyen lo poco que queda de sus bosques y áreas verdes; también siguen latentes, así como la escasez de agua, la inseguridad, la violencia y aunado a ello, el abandono de su centro histórico y la destrucción casi total de sus joyas patrimoniales.
Pero en medio de sus conflictos, la ciudad se resiste a quedarse rezagada frente a sus hermanas, el resto de capitales centroamericanas, y está dando pasos en firme, con el impulso de la empresa privada y de sus autoridades locales y gubernamentales, para ponerse a tono con la construcción de importantes vías de comunicación y de nuevas y modernas edificaciones, las que sin duda embellecen su rostro.
Como cada cuatro años, los políticos están hoy recorriendo sus sucias y maltratadas calles, los cerros en los que viven en condiciones deplorables miles de personas que en su mayoría llegaron a la capital política en busca del “sueño hondureño”, ofreciendo la respuesta a los problemas con los que sobreviven el día a día.
Queda esperar que esas ofertas que hacen quienes aspiran a gobernarla se cumplan.
La bella y noble Tegucigalpa se lo merece