La crisis en Nicaragua dispara las migraciones hacia Estados Unidos
Aumento Entre enero y agosto de 2021, las autoridades estadounidenses interceptaron en su frontera sur a casi 41,500 nicaragüenses que intentaban entrar ilegalmente, 40,400 más que en el mismo período de 2020
Ante un panorama de incertidumbre, un gobierno que ha arremetido contra la oposición y unas elecciones que se muestran sombrías, sumado a la crisis económica que arrastra desde hace años, Nicaragua es un cultivo de migrantes.
Entre enero y agosto de 2021, las autoridades estadounidenses interceptaron en su frontera sur a casi 41,500 nicaragüenses que intentaban entrar ilegalmente al país. La cifra había sido de unas 1,100 personas en el mismo período de 2020. Este éxodo, el más importante de las últimas décadas entre Nicaragua y EUA, alcanzó su máximo en julio: 13,456 migrantes, casi el doble que en mayo. “Están viniendo muchachos, estudiantes. Muchos de ellos participaron en las protestas de 2018”, explica Anita Wells, miembro de la Alianza Nicaragüense-estadounidense por los Derechos Humanos (NAHRA, por sus siglas en inglés), que ayuda a los migrantes del país centroamericano en sus trámites. Según ella, la represión hacia los opositores es la principal causa de esa ola migratoria desde Nicaragua, un país de 6.5 millones de habitantes. Pero también entran en juego una crisis económica —el país va por su cuarto año consecutivo de recesión— y un repunte de la pandemia de covid-19, denunciado en Nicaragua por la red de médicos independientes del Observatorio Ciudadano. La llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca y su promesa de una política migratoria “más humana” contribuyó, además, a esas migra
ciones, asegura. A quienes deciden abandonar Nicaragua les espera un recorrido marcado por los abusos de los coyotes, traficantes de migrantes que piden miles de dólares por sus servicios, la corrupción policial y el miedo a ser secuestrados por los carteles