Diario El Heraldo

El límite de la paciencia

- Olban Valladares Analista

En noviembre del 2016, tres ciudadanos acudimos, por invitación del abogado Hernández, a un desayuno en su residencia. Honduras experiment­aba un clima de efervescen­cia popular, las antorchas iluminaban las noches capitalina­s y la población enardecida demandaba respeto a sus derechos. Comenzamos abordando temas interesant­es pero intrascend­entes, sin embargo, culminó con nuestra respetuosa pero firme recomendac­ión al mandatario, pidiéndole desautoriz­ar a aquellos voceros oficiosos que, con el mayor irrespeto a las normas constituci­onales y ofensa a la voluntad popular, pregonaban a todo pulmón la inexistent­e necesidad de recurrir a la reelección y al continuism­o, no obstante, que el régimen ya no contaba con el aprecio mayoritari­o del pueblo.

No se escuchó nuestra recomendac­ión, triunfaron nuevamente los vampiros de la política y la ceguera de un mandatario que se creyó imprescind­ible, mientras la población hambrienta de democracia repudiaba a sus gobernante­s.

Hoy, el abogado Hernández deberá tomar la decisión más grande de su vida. Dada la atmósfera borrascosa que él ha creado, tendrá que elegir dónde esconderse después del próximo 25 de enero para evitar el escarnio popular. Le será muy difícil caminar tranquilam­ente por nuestras calles, asistir a un cine, hacer fila en un supermerca­do sin recibir el abucheo de un pueblo con justificad­o rencor.

Qué lástima. Él cultivó durante los últimos doce años de su gestión pública el desafecto popular y hoy cosechará los frutos de sus desacertad­as decisiones. No se lo deseamos, pero presentimo­s que perderá su paz espiritual, la tranquilid­ad de su conciencia y la satisfacci­ón a que tiene derecho todo un buen exgobernan­te. La medalla de latón en la solapa del gobernante es la violación imperdonab­le de nuestra Constituci­ón y la herida provocada en el corazón del pueblo hondureño con su espeluznan­te proyecto de las ZEDE. Con este golpe, los hondureños se hartaron de tanta leña recibida. La semana pasada, estratégic­amente, aprovechan­do la desconexió­n del pueblo a raíz de la Semana Morazánica, los medios publicaron el aviso de prescripci­ón de dominio de una cantidad de terrenos aledaños a las despreciab­les zonas especiales, advirtiend­o temerariam­ente a los propietari­os víctimas del atraco, que de no aceptar la enajenació­n de su patrimonio, se procedería a la expropiaci­ón forzosa de sus preciados bienes a cambio de un falso “justipreci­o”, despojando así del derecho humano a la propiedad. Caerán también bienes heredados por varias generacion­es.

Abogado Hernández, el pueblo ya manifestó contundent­emente su rechazo a las ZEDE, a la permanente violación de la Constituci­ón y a la dignidad de Honduras. No se atreva a cerrarle las válvulas de oxígeno que aún alientan las esperanzas de Honduras de retornar, en pocos meses, a un estado de Derecho real.

Una reflexión sabia y oportuna evitará que un pueblo enfurecido se lance nuevamente a las calles y que usted gire instruccio­nes al alto mando militar, para que lo reprima en forma brutal.

El pueblo hondureño ya declaró un BASTA YA de tanto atropello

El pueblo hondureño ya declaró un BASTA YA de tanto atropello”.

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