HAY VIDA MÁS ALLÁ DEL CELULAR... QUE LA TECNOLOGÍA NO ALTERE SU TRANQUILIDAD
Problemasi no puede dejar de ver su celular o dejar de jugar en su consola, y si al no hacerlo siente ansiedad, usted podría estar experimentando una adicción que debe tratar
Son las 7:00 de la mañana, abre los ojos, enciende su teléfono y revisa si hay mensajes y qué sucedió en el mundo mientras dormía... Normal. Son las 7:30 AM, vuelve a revisar su celular, no hay notificaciones. Son las 7:35 AM, vuelve a ver el celular... y así transcurre el día, con el celular en la mano, pendiente de todo lo que sucede en la pantalla, y mucho menos pendiente de lo que sucede al lado suyo. ¿Normal? No. ¿Saludable? Tampoco.
La dependencia a los aparatos electrónicos (AE), sean estos el celular, la computadooculta ra, la tablet o la consola, es una de las cosas que nos ha traído el siglo XXI —para bien y para mal— y de las que la gente se ha vuelto quizá más dependiente —o adicta— durante esta pandemia.
Puede ser que a simple vista no le parezca un problema, no lo relacione con algo que impacta su salud, porque no le generan ningún dolor o malestar, usted puede creer que su vida transcurre normal, no percibe ninguna alteración... Lo cierto es que no es así, sí hay implicaciones en la salud mental, en sus relaciones sociales y en sus responsabilidades. La adicción o dependencia a los AE existe y es algo que puede contrarrestar... ¿Cómo? Un psicólogo nos lo dice.
Genere durante el día actividades en las que prescinda del uso de aparatos electrónicos.
Identifique las señales
Antes de hacer algo por cambiar la situación, es esencial aceptar que tiene un problema. El psicólogo Antonio Escobar nos ayuda a identificar los síntomas de esta adicción, entre los que destaca un mayor interés por interactuar con AE por sobre otras actividades o responsabilidades, la persona o miente sobre el uso de AE, su primera actividad del día —todos los días— es el uso de estos aparatos, los demás a su alrededor se quejan del uso que hace de los AE y, finalmente, “existe un claro síndrome de abstinencia cuando la persona no ha tenido acceso al aparato de mayor interés (celular, computadora, tablet, consola de videojuegos, etc.)”, esto significa que puede haber ansiedad.
Todo este cúmulo de situaciones tiene consecuencias, Escobar apunta que quien padece esto puede abandonar muchas responsabilidades, ignorar sus necesidades básicas (alimento, higiene personal, salud mental), descuidar el trabajo o estudios, y una muy clara: “afectar severamente sus relaciones sociales y familiares”.
Ahora bien, esto es algo que atañe no solo a los adultos, también a los niños y adolescentes, por lo que es muy importante que los padres regulen el acceso de estos aparatos. “Los padres deben restringir el uso de AE en sus hijos. Los AE son diseñados para ser altamente adictivos y puede ser muy conveniente que los hijos estén entretenidos durante horas, pero sus cerebros en desarrollo necesitan de mucha más estimulación. Involucrarlos en actividades extracurriculares de su interés es una muy buena idea”, recomienda Escobar.
Mida el tiempo... Comencemos por medir el tiempo que pasa frente a los AE. Si su celular no timbra, no lo revise, déjelo en algún lugar y dedique su tiempo a otras actividades que son importantes, como conversar con la persona que tiene en frente, trabajar, estudiar, leer un libro, ver una película, salir a tomar un café, hacer ejercicio. Pasar horas y horas en el sillón o la cama revisando una y otra vez lo que ya ha visto reiterativamente, no abona nada a su salud física y mental. Un punto de los AE es que propician el sedentarismo, así que ¡muévase!
En cuanto a los niños, el psicólogo destaca que “según la American Academy of Pediatrics (AAP), los niños menores de 2 años no deberían de estar frente a una pantalla en lo absoluto,
niños de entre dos y cinco años pueden utilizarlos hasta máximo una hora al día y de cinco años en adelante el tiempo máximo es de dos horas al día. Este tiempo no incluye el tiempo necesario para realizar asignaturas académicas”.
Los riesgos
Quizá le parezca que revisar constantemente el celular o estar horas jugando videojuegos no representa ningún riesgo, pero no se equivoque. Detalla Escobar que existen estudios que demuestran que los adolescentes y adultos que crecieron usando de cinco a siete horas diarias los AE “desarrollan problemas en habilidades sociales, mantener la concentración, autoestima, ansiedad, estado de ánimo, dificultad para medir las consecuencias y la búsqueda de gratificación inmediata″.
Así que antes de subestimar el efecto e impacto que el uso desmedido de los AE genera en su salud, póngase a pensar en el tiempo y los beneficios que ese descontrol le hace perder. Alrededor suyo hay cosas y personas que merecen su atención. Los AE son útiles, pero con medida