LA FERIA DEL LIBRO DEL CCET,
UN APALANCADOR DEL SECTOR LITERARIO HONDUREÑO
Encuentro con las letras Después de dos años en virtualidad, la Feria del Libro en el Redondel, organizada por el Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET), retornó con el reto de estimular a un sector decaído
PRESENCIAL
“Los libros son los amigos más silenciosos y constantes; los consejeros más accesibles y sabios y los maestros más pacientes”… haciendo una evocación casi tácita de las palabras del académico norteamericano Charles William Eliot (1834-1926), la Feria del Libro en el Redondel, organizada por el Centro Cultural de España en Tegucigalpa (CCET), retornó a la presencialidad con la firme intención de estimular a un sector decaído.
La cita pospandemia —uno de los picos anuales de ventas para el rubro— recuperó la tradición al congregar a cerca de una veintena de librerías y editoriales, una quincena de presentaciones literarias y una docena de autores y auto- ras locales.
En resumen, un encuentro concebido (desde 2015) “para la difusión del libro como una herramienta para el conocimiento y el fomento de la producción literaria nacional”.
Y para las editoriales, en efecto, la Feria del Libro actúa como un apalancador, sobre todo tras el parón de la pandemia. “La visibilidad que ofrece esta cita literaria nos encamina a mejorar el volumen de venta. Es consabido que con la crisis las editoriales apenas hemos sobrevivido. No ha sido fácil”, asegura Mery Cruz, de Editorial Ramsés.
Daniela Herrera, de Mundo Literario, concuerda en que las casas editoriales y librerías se han visto especialmente afectadas porque, en esencia, dependen más de las ventas físicas en librerías que de los minoristas en línea o las ventas de libros electrónicos.
“El rubro nunca ha sido fácil. En Honduras hay mucho talento literario y necesitamos más vitrinas como estas para reforzar el conocimiento, apoyar autores y empresas nacionales”, afirma.
En sí, son los lectores los que dan esperanza al sector y, en medio de toda crisis, particularmente la afluencia de la feria sirve de termómetro para el resto del año, según Herrera.
En el caso de los autores independientes el evento, que coincidió con el Día Internacional del Libro y el Día del Idioma Español, tiene que ver con la libertad: de lectura, de ideas y de comunicación.
“Por años este encuentro ha sido un impulso para el sector literario en Honduras. Siendo asiduo desde su primera edición, considero que, además del beneficio económico, es una oportunidad de dar a conocer la producción litera
ria local, particularmente la de los escritores independientes, invisibilizados en librerías”, afirma el escritor José Habencio Blanco Cálix, con dos décadas en las letras.
Los independientes, en suma, abogan por el cimiento de la lectura a temprana edad. “La forma más sencilla de asegurarnos de que criamos niños alfabetizados es enseñarles a leer y mostrarles que leer es una actividad placentera. Y eso significa, en su forma más simple, encontrar libros que disfruten, darles acceso a esos libros y permitirles leerlos”, afirma Víctor Pereira Galindo, escritor con un lustro en el rubro.
Según él, adultos bien intencionados pueden destruir fácilmente el amor de un niño por la lectura. Impedir que lean lo que disfrutan o darles libros densos puede desembocar en una generación convencida de que la lectura no es entretenida sino, lo que es peor, desagradable