Cómo librarse de la inflación
Aunque a nivel mundial la mayoría de países están experimentando asfixiantes niveles de inflación, extrañamente en Bolivia y Japón la misma es bajísima, y sus poblaciones no parecen estar siendo afectadas por el incremento en los costos del petróleo y los combustibles, ni por el aumento en los precios de los alimentos y las materias primas, y mucho menos por la guerra de Rusia contra Ucrania.
¿Cuáles son las causas de ese raro fenómeno? Tanto BBC News Mundo como el sitio web el economista.es han publicado sendos artículos donde explican las razones por las cuales tal situación ocurre, mostrando ciertas semejanzas y elementos particulares que diferencian a las economías de ambas naciones.
Las similitudes se dan porque los dos países referidos, poseen altos niveles de endeudamiento, tienen monedas fuertes con un tipo de cambio fijo desde hace varios años, y también, subsidian generosamente los combustibles. Aparte de esto, la realidad es completamente distinta. Así para el caso, mientras Bolivia “vende gas, electricidad y materias primas como la soya o los minerales” (BBC News Mundo, 25/04/2022), Japón “es importador neto de petróleo y gas”, además de padecer “la escasez de algunos inputs como los chips” (eleconomista.es, 24/03/2022).
La inflación interanual en Bolivia alcanzó apenas un 0.77% en marzo del presente año, una décima superior a la del mes anterior. En Japón la tasa de variación anual de los precios fue de 1.2% en marzo del corriente, tres décimas por arriba del mes anterior. Sin embargo, mientras la deuda total de Bolivia respecto al Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo al Banco Mundial “se acercará al 80% del Producto Interno Bruto (PIB) a finales de 2022”, la deuda del Japón ya supera el 250% del PIB, y es la más elevada del mundo.
El Banco Central de Bolivia en 2015 llegó a tener hasta US$15,000 millones de reservas internacionales, por haber acumulado “ingresos procedentes principalmente de las exportaciones de gas”, pero esa cifra debido a los subsidios, “ha ido cayendo y en diciembre de 2021 eran US$4,752 millones”. Según las proyecciones del Banco Central de Bolivia, el país cerrará el año con un déficit fiscal del 8.5% del PIB, y a sus autoridades les “preocupa que el país siga consumiendo sus reservas para costear los subsidios que mantienen los precios bajo control y que se estima que le cuestan al Estado alrededor de US$4,000 millones cada año”.
En el Japón la inflación está golpeando a las empresas, ya que los precios al productor se elevaron recientemente a niveles históricos, alcanzando “un 9.3% interanual en febrero” del corriente; sin embargo, debido a la cultura predominante en el país, donde han sufrido largos períodos de caída de los precios (deflación), las empresas no trasladan a los consumidores sus costos y prefieren absorberlos, lo cual eventualmente perjudicará su estabilidad y desempeño.
Resumiendo, en Bolivia es insostenible seguir subsidiando con las reservas internacionales los enormes costos de la inflación; mientras que en Japón, es inconveniente y peligroso continuar dejando que las empresas absorban el elevado impacto del aumento de precios al productor
¿Por qué la inflación es bajísima en Bolivia y Japón?”.