Edwin Araque fue viceministro de
El coronavirus le había ganado la batalla en un 90 por ciento, pero el hombre de ascendencia árabe se aferró a ese 10 de esperanza para guerrear con ahínco y poder dar fe de que su vida es sinónimo de milagro.
“Tras eso, he intensificado los cuidados”, dice mientras se quita la mascarilla para dejarse ver por el lente de Andro Rodríguez. Sí, hoy de saco y corbata lidera Banhprovi, pero hace un tiempo Edwin Araque desafió los nefastos pronósticos para estar ahí sentado en su oficina y relatando la historia de un hombre de metas claras. Por supuesto, vencer a la muerte de esa forma tan dramática no estaba entre los 100 objetivos que anotó a mano cuando era un joven soñador.
“He cumplido más de 70”, confiesa el expresidente del Banco Central de Honduras. Economista, catedrático y reconocido funcionario público.
Amparado en su pasión por los números, se fue abriendo brecha en distintos sectores, pero ese camino pudo tener otro destino. Y es que de pequeño, él debió decidir entre el deseo de su padre de que su hijo fuera aviador y el anhelo de su madre de que fuese sacerdote. “Al final, mi destino era siempre ser padre, pero de familia, ja, ja, ja”, revela con una de las pocas sonrisas que se le pueden escapar a ese financista de apariencia seria y de respuestas pausadas pero seguras...
Don Edwin, ese apelli- do no es común. Hondureño no puede ser, ¿verdad?
Es árabe. Vino a La Ceiba una persona de apellido Araque, él fue quien instaló el ferrocarril nacional. Allí conoció una persona y empezó a procrear. Soy de San Antonio, Comayagua, pero a los 4 años me vine para Tegucigalpa. Soy único varón, soy el rey entre tres reinas.
A pesar de ser el consentido de la familia, no escapó a la faja. ¿Es así?
Eso era prácticamente inevita- ble, así como el chancletazo de las mamás y las abuelas. En la escuela, los padres le encomendaban
Si hubo castigos, debió hacer travesuras, ja, ja, ja... Una vez me perdí por un día completo, no dormí en la casa. Tenía como 14 años. Me habían dado un dinero para pagar la luz eléctrica, pero un amigo de mi pueblo, Carlos Rivera, me indujo a que fuéramos a Germania. Nos encantaba el `raite'. Nos agarró la noche y el carro se quedó sin combustible. Toda la noche mis padres y hermanos estuvieron angustiados. Nos buscaron en los hospitales.
Dice que siempre fue amante de los matemáticas, ¿por eso estudió Economía? Economía fue casi por accidente porque prefería estudiar Sociología. Todos los de los grupos cristianos teníamos como consigna estudiar Sociología, pero cuando llegamos a la universidad no existía esa
Economía y también se desempeñó en el cargo de gerente de la Empresa Nacional Portuaria. carrera. Unos consejeros nos dijeron que lo más cercano a la Sociología era Economía. Me fue gustando. Era contador público e inmediatamente que salí del colegio ingresé a un banco privado. El trabajo no era tan escaso como ahora.
¿O sea que fuese sociólogo Edwin Araque?
el