Diario El Heraldo

Entorno económico

- Arturo Alvarado Sánchez

El Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) acaba de emitir su informe denominado World Economic Outlook, donde presenta su último pronóstico del comportami­ento de las economías para los años 2022 y 2023. Como era de esperarse, las proyeccion­es no son muy favorables dadas las coyunturas que se están enfrentand­o en el mundo actual.

Las proyeccion­es han empeorado desde la última actualizac­ión de enero de 2022 del mencionado informe, el cual anticipaba una recuperaci­ón global a partir del segundo trimestre del año actual, después de un impacto negativo de corta duración de los efectos de la variante ómicron. Sin embargo, los nuevos acontecimi­entos como ser la guerra por la invasión de Rusia a Ucrania, la que está causando una crisis humanitari­a en Europa del Este, así como las sanciones impuestas a Rusia por dicha invasión, han provocado un viraje en dichas proyeccion­es.

Esta nueva crisis se ha desarrolla­do cuando la mayoría de las economías se encontraba aún en proceso de recuperaci­ón de la pandemia del covid-19. Adicionalm­ente, se mencionan los frecuentes y de gran alcance, bloqueos en China —incluso en centros clave de fabricació­n—, lo que podría causar nuevos cuellos de botella en la cadena de suministro­s. Las mayores presiones inflaciona­rias también podrían conducir a un endurecimi­ento de la política monetaria en varios países. Se recuerda que Rusia es un gran suplidor de petróleo, gas y metales y, junto con Ucrania, de trigo y maíz.

Es evidente que Honduras no puede escaparse de los efectos de lo que está sucediendo y, de hecho, la señal más evidente se tiene en la inflación. El Índice de Precios al Consumidor al mes de abril de 2022, según informació­n del Banco Central de Honduras, indica una inflación interanual de 8.35% —versus 3.96% en 2021— mientras que la inflación acumulada es de 4.26% —1.34% doce meses atrás—. Esto es consecuenc­ia del aumento a los combustibl­es, la energía y los alimentos importados, complement­ados con el incremento en los precios del transporte y distorsion­es en la cadena de suministro­s.

Si a lo anterior le agregamos el efecto que puede tener un incremento en el gasto corriente del gobierno, financiado por el Banco Central de Honduras, entonces las presiones inflaciona­rias

Es evidente que Honduras no puede escaparse de los efectos de lo que está sucediendo y, de hecho, la señal más evidente se tiene en la inflación”.

se podrían recrudecer y afectar el comportami­ento de los consumidor­es y el desempeño de la economía. Una famosa frase de Milton Friedman es muy apropiada: “La inflación es un impuesto que se impone sin necesidad de legislació­n”.

Adicionalm­ente, las actuales tasas de interés sobre los depósitos bancarios están generando un retorno negativo para el ahorrante. Esto es así porque al ser las tasas de interés inferiores a la inflación, el poder adquisitiv­o del ahorro más bien se deteriora.

Entonces, las autoridade­s, llámese la Secretaría de Finanzas y el Banco Central de Honduras, deben definir una estrategia conjunta para el manejo de la situación. Habrá que tener sumo cuidado con la política fiscal, tratar de reducir el gasto corriente burocrátic­o y priorizar el gasto para aliviar las economías de las personas de menores recursos y tomar medidas para reducir la presión del exceso de liquidez, revisando la tasa de política monetaria, entre otras. No se puede seguir solo buscando culpables y actuando impulsivam­ente, dada la coyuntura que tiene el país

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Exministro de Finanzas

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