Siempre los buenos resultados dan confianza al jugador y a la gente, pero así como están ilusionados ellos, nosotros también lo estamos. Los dos llegamos igual”.
Histórico El extranjero más goleador de Motagua viene de eliminar a Olimpia y apunta a la 18. El paraguayo contó detalles de su vida
Arribó sin pensar que permanecería cuatro años en el nido, pero grito a grito se ha ido ganando el corazón de los Azules y hoy los tiene en la pelea por la copa 18. “Nunca pensé que al venir a Honduras me iba a convertir en el goleador extranjero de Motagua y ahora lo disfruto con mi familia”, dice Roberto Moreira, quien enfundado en una camisa negra, short jean y tenis blancos atiende en exclusiva a OPSA. El foráneo con más goles en el Mimado, con 70 dianas, viene de anotar los dos goles con los que eliminaron en semifinales a Olimpia. “Es parte del fútbol”, dice al verse los raspones que le dejó el clásico, para luego confesar: “Dentro de la cancha soy un poco jodido en ese sentido de molestar a los centrales, de discutir y por ahí ja, ja, ja... a veces me la llevo bien merecida”. Padre de tres hijos, hombre de ciudad y goleador que tiene la mira en la Máquina.
¿Cómo se describe?
Un muchacho muy tranquilo que inició jugando al fútbol desde los 15 años en Argentina y de ahí hice toda mi carrera en Argentina prácticamente. En 2010 salí a Chile y mi segunda experiencia en el extranjero fue en Motagua. Ha sido una carrera muy conforme y muy
GOLEADOR satisfactoria para mi familia y para mí. Estoy muy contento. Tengo una familia hermosa, una esposa y tres hijos (Felipe de 4 años, Valentina de 6 y Jeremías de 12).
¿Cómo fue su niñez en su natal Paraguay?
Soy de Asunción y allá tengo a mi familia: a mi mamá y a mis hermanos. En mi niñez me costó iniciar en lo futbolístico porque no tenía los recursos para estar en un equipo grande. Vivimos en una ciudad muy linda, Lambaré.
Háblenos de sus padres, ¿viven los dos?
Tengo a mi madre (Candelaria
Aldana) y mi padre (Marcos Moreira) falleció cuando yo tenía 12 años. Fue difícil por ese lado, porque somos siete hermanos y mi vieja no pudo cargar con la muerte de mi viejo. Yo estoy muy agradecido