SIN HERIR, APRENDA A COMUNICAR LO QUE LE DESAGRADA
HABLAR DE TEMAS DIFÍCILES O INCÓMODOS NO TIENE POR QUÉ SER UN DETONANTE DE CONFLICTOS O DESAPEGO EMOCIONAL. LA COMUNICACIÓN ES EL ADHESIVO EN UNA PAREJA, CULTÍVELA
COMUNICACIÓN EFECTIVA
Las relaciones de pareja —sin importar su etapa— son complejas. Requieren la interdependencia de entidades completamente separadas; dos cerebros que a menudo procesan la información de manera diferente. Y en sí, la durabilidad de un vínculo recae en una buena comunicación y en un entendimiento profundo entre las partes.
Dos cimientos que bien cultivados podrían propiciar la franqueza y un diálogo abierto donde se pueda ahondar en temas superfluos e inclusive en aquellos incómodos o difíciles de tratar.
Por salud mental, sobre todo en convivencia, se deben abordar todo tipo de malestares.
Las pequeñas irritaciones, por ejemplo, pueden tratarse con total franqueza. Diga —a modo de pauta—: “Amor (o el calificativo cariñoso que la ha adjudicado), me molesta cuando dejas la ropa por doquier”
No se trata de ver quién es peor o quién lastima más, sino de encontrar soluciones a problemas cotidianos o arraigados.
o “Por favor, responde con prontitud las llamadas de emergencia”. Ahora, los problemas grandes como ciertas actitudes o comportamientos repetitivos deben tratarse con tacto. Así evitará que su contraparte se sienta atacada o en la necesidad de ponerse a la defensiva.
De hecho, la clave para sacar a relucir cualquier tema delicado es identificar qué es exactamente lo que a usted le está molestando. Luego, trate de averiguar la raíz de ese comportamiento. Es más fácil hablar con su pareja sobre sus propios problemas cuando ha llegado al núcleo del asunto.
En adición, el guión de la conversación, en términos generales, podría ser: “siento `X' cuando haces `Y'. Realmente me gustaría `Z' ¿cómo podemos hacer que esto funcione o deje de suceder?”