Educación, a medio vapor
El sistema educativo hondureño se mueve a medio vapor en casi todos sus niveles luego de que las autoridades del sector ordenaran en abril la reapertura total de las escuelas y colegios tras dos años cerrados por la pandemia.
El retorno ha sido bastante lento y ha estado marcado por una serie de tropiezos que van desde los docentes que se niegan a volver a la presencialidad, los padres de familia que no quieren vacunar a sus hijos menores de edad, las condiciones insalubres de los centros de enseñanza, las huelgas de los maestros Proheco y los interinos en reclamo por los acuerdos de nombramiento permanentes y pagos de salarios atrasados hasta la inacción de las autoridades ante los reclamos, entre otras muchas causales que tienen al sistema al borde del abismo.
Muy pocas acciones se conocen, por ejemplo, para traer de nuevo a las aulas escolares al 44% de los niños y niñas de entre 3 y 17 años que, según cifras oficiales, están fuera del sistema escolar; de acciones contundentes para garantizar la cobertura escolar a los niños y niñas de los grupos con mayor nivel de exclusión, que son quienes viven en la zona rural (48.7%), los que tienen entre 3 y 5 años (65%), y los adolescentes de entre 12 y 14 años (55.1%) y de 15 a 17 años (74.6%), y el 4% de la población en edad escolar que dejó la escuela para ir a trabajar.
Con este panorama, no se puede seguir permitiendo que haya centros escolares en los que se estén impartiendo solamente dos horas de clases al día y que muchos docentes sigan sin volver al aula, o porque están fuera del país o atendiendo sus emprendimientos, según denuncias de padres de familia y de dirigentes magisteriales.
Los retos están sobre la mesa; rescatar al sistema educativo del abismo, por sobre cualquier interés que pueda moverse en el medio, debe ser la prioridad en todo momento