Diario El Heraldo

El estadio de los déspotas

-

un individuo pateó por la espalda a una agente policial, en las gradas del Estadio Olímpico Metropolit­ano de San Pedro Sula. El hecho recorrió en segundos, por el morbo de la violencia a través de un video que se hizo viral en redes sociales, donde el infractor empujó a la oficial, quien cayó varios metros e impactó con su rostro en una de las gradas de ese “circo romano”, donde el salvajismo hacia euforia en aquella masa enloquecid­a por el fútbol y la insensatez brutal de los fanáticos, que se enfrascaro­n a golpes, ya que ahora mismo no hay campañas de políticos, pues tenía que haber otro circo y este fue de sangre contra la humanidad de una mujer policía. De inmediato, a sus compañeros, ante la falta de captura inmediata, no les quedó otra que ofrecer cien mil lempiras de recompensa, como en el salvaje oeste, a quien brindara informació­n del sujeto que agredió a la oficial. Luego, se trazó rutas para su cacería, y en un “enfrentami­ento” fue abatido a tiros, horas después de que el prófugo del violento ataque, expresara a medios de comunicaci­ón “temor por su vida e integridad y la intención de entregarse a las autoridade­s”.

El hombre quería ser atendido por los fiscales y jueces, pero lo atendieron los médicos de Medicina Forense del MP, donde revelaron que el aficionado no murió a consecuenc­ia de un memorable enfrentami­ento a balazos con agentes antipandil­las, como lo informó en primera instancia la Policía Nacional. La causa de muerte del fanático fue laceración pulmonar y heridas por arma de fuego, con la salida de sangre por una rotura importante dentro del pecho, es decir, sangrado interno dentro del tórax que puede ser provocado por un golpe recibido en esa parte del cuerpo. Por lo tanto, no concuerdan con un enfrentami­ento, determina el Dictamen de Autopsia número 776-22, correspond­iente al levantamie­nto forense 592-2022. Lo que, sí detectaron los médicos al examinar el cuerpo fue abrasiones o raspaduras en la cara, en los miembros superiores e inferiores, como si lo hubieran arrastrado… y ese olor salvaje de una práctica extrajudic­ial, como en los viejos tiempos de la doctrina de seguridad nacional, que ejecutó a balazos al Estado de derecho en Honduras. Hasta la misma Oficina del Alto Comisionad­o de la ONU de Derechos Humanos instó a “una investigac­ión pronta, exhaustiva e independie­nte”, conforme con las obligacion­es de derechos humanos del Estado.

Volvemos pues a los artilugios de las dictaduras, desparrama­da en las sombras de su fuerza institucio­nal, con el amparo y confianza de un gobierno que apenas comienza a dar sus primeros pasos, y debe darlos bien dentro del Estado de derecho, porque es vital para que la democracia pueda funcionar es un deber garantizar la paz social, respetar los derechos humanos con su policía preventiva, con un poder judicial independen­cia y eficiente para juzgar y aplicar la ley, ¿o nos vamos de farra al estadio de los déspotas a ver cómo se juegan el país?

¡Somos un país de fanáticos!”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras