La economía en el retrete
En el contexto estadounidense marcado por una elevada inflación y nuevas alzas en la tasa de interés de referencia para los meses de junio y julio, a David Goldman se le ocurrió finalizar un reportaje para Cnnmoney, expresando la frase: “la economía puede estar yéndose por el retrete, y solo podemos rezar para que nadie tire de la palanca”. Aunque para algunos lectores la frase aludida puede resultar algo fuera de tono, varios empresarios de Estados Unidos se sienten amenazados por la situación económica que actualmente están viviendo, por lo cual no es de extrañar que exterioricen breves sentencias mediante las cuales tratan de reflejar su delicada realidad. Así, de acuerdo al máximo ejecutivo de Jpmorgan Chase, Jamie Dimon, “se avecina un huracán económico”. Por su parte, Elon Musk, de Tesla, dice que tiene un “muy mal presentimiento” sobre una recesión. A su vez, redactores como D. Goldman sostienen que: “Las empresas están rebajando sus previsiones de beneficios”, y agrega que “estamos en medio de una crisis energética y de inflación, y las acciones han estado coqueteando con un mercado bajista”.
No pretendo hacer un panegírico ni una oración fúnebre de la economía norteamericana. Pero deseo emplear la frase de Goldman para abordar varios aspectos de nuestra economía nacional, ya que pocas veces hemos estado en una situación monetaria y financiera tan alarmante como la que hoy padecemos en nuestra patria. Empiezo por señalar que la inflación interanual pasó de un 5.32% en diciembre de 2021 hasta situarse en un 9.09% en mayo, nivel que no habíamos registrado desde hace 13 años. Se habla de recurrir al uso de mil millones de las reservas internacionales del Banco Central de Honduras (BCH), alegando que tenemos exceso de las mismas, como si en el futuro cercano la situación económica no empeorará. La devaluación de la moneda nacional respecto a un dólar estadounidense fortalecido se está intensificando. No podemos colocar nuevos bonos soberanos porque los intereses serían onerosos. La ENEE es un agujero negro en el cual muchos recursos se pierden. El gobierno tiene dificultades para renegociar su deuda pública y se muestra renuente a cumplir compromisos diplomáticos con los Estados Unidos. Los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia Honduras se han estancado. El sistema financiero nacional tiene un exceso de liquidez que no logra colocar entre particulares y empresas. En fin, esta lista corta puede servir para demostrar que “la economía puede estar yéndose por el retrete”.
Únicamente hace falta lo de “rezar para que nadie tire de la palanca”. Esto puede ocurrir mediante diversas vías, pero aquí solamente indicaré tres: (1) rmplear las reservas internacionales para cubrir el `gasto corriente' del gobierno, y lo que es todavía peor, para indemnizar a personas cobijadas bajo la Amnistía; (2) descartar completamente la necesidad de suscribir un nuevo acuerdo con el FMI, y mantener la postura de no asistir a la próxima Cumbre de las Américas; y, (3) seguir deteriorando el clima de inversión y rechazar la colaboración estrecha con la empresa privada del país
La ENEE es un agujero negro...”.